lunes, 27 de diciembre de 2021

Naftalina


                                                  Si tuviera que elegir un cómic...
 

sábado, 18 de diciembre de 2021

Villa Dolores




Lo nuestro fue eso

estirar el labio

el tiempo

hasta el último polen

del deseo


Un intento de cerrar

el paréntesis 

sin éxito...


 

sábado, 27 de noviembre de 2021

Aquí y ahora

Costa Vella


                                     Es el tiempo en que matar un recuerdo

                                                       no asombra ni asusta, ni siquiera mueve la cola del perro

                                    Quizá, las gaviotas estén hambrientas de algo más fértil que de simples

                                      cruasáns. ¿Has visto cómo se acercan cuando observas con deleite

                                        una piedra? Esa dispersión, ese evadirse de la nada.

                                                            

                                         La nada no es definitivamente, ESA piedra.

                                                          Vamos, prende el motor.

                                                     Querramos el néctar de todo lo invisible.

                                                       

                                                El corazón es la pila de un mundo en pausa.

                                                   
 

lunes, 8 de noviembre de 2021

Estoy desequilibrada


 

Estoy desequilibrada - pero no estoy loca de nieve -.

Estoy loca en el modo en que las niñas están locas,

con una ofrenda, con una ofrenda...


Ardo del mismo modo que el dinero.

                                                Anne Sexton


viernes, 5 de noviembre de 2021

Verdades como montañas

Apdha

 

Porque las personas trans son doblemente atacadas, desde el patriarcado, y lo que es más triste e insólito, también desde el feminismo...

domingo, 31 de octubre de 2021

Y también archivos literarios subcutáneos...


 

                                                                  ¡Envía tu obra!


(Aunque lo de "herederos" a estas alturas no mole nada, pero nadita. ¡¡Herederes,

                                       herederxs, y vale... incluso hereder@s!!)

miércoles, 27 de octubre de 2021

Tu obra de arte



                                               ASFORMIGAS


MATÁNDOTE en ese matar tuyo que siempre es hacia ti
tan lento
delicado 
que casi no parece una muerte.
El núcleo de la vida en su finura de engaño:
un ojo de sangre explotó
pero nunca he visto esa sangre.

domingo, 24 de octubre de 2021

Artesanía textual

La Recova Málaga

 


                ¡Textos a medida!


                             romoreda@hotmail.com

lunes, 18 de octubre de 2021

Eterno misterio


 


Sé que lo que hacen todas esas chicas solas con sus clítoris no es asunto mío, pero su indiferencia frente a la masturbación me inquieta: ¿Cuándo se conectan las mujeres con sus propias fantasías, si no se tocan cuando están solas? ¿Saben lo que les excita realmente? ¿Y si no se sabe eso sobre una misma, qué se sabe exactamente? ¿Cuál es el contacto que una establece consigo misma cuando su sexo está sistemáticamente bajo el poder del otro?

                                             Virginie Despentes  Teoría King Kong

sábado, 9 de octubre de 2021

La niña santa


 

                                                                               LA peli de Lucrecia Martel

martes, 5 de octubre de 2021

Black women are not 'exotic'

Ilustración previamente utilizada en Afroféminas

 


This idea of black women as 'exotic', hyper-sexualized creatures can be seen again and again in cultural stereotypes. Try typing 'pretty' into Google image search and you are greeted with pages and pages and pages of white women's faces (the fashion industry is notoriously white; of the seventy-five British Vogue covers since the beginning of 2008, black women have featured on just three while Kate Moss alone has graced nine); but type in 'sexy' and suddenly far more women of colour appear-though they do remain far less represented than white women.


Laura Bates: Everyday sexism, London, Simon & Schuster, 2015, p. 285. 


viernes, 17 de septiembre de 2021

Por favor, no asustes a las niñas

                                                                                                              Nuria Castro

 

                              

 Un relato de terror seco, al mejor estilo de 

                                Jan Potocki, 

                                 del  escritor ferrolano 
            

         Antonio Salvadores

La enfermera acaba de salir del cuarto tras llevarse la bandeja de la comida. Ahora me toca reposar dos horas hasta el momento de salir a pasear por el jardín. Luego vendrá la actividad en grupo y finalmente cada uno volverá a su habitación para cenar, tomar la medicación correspondiente y dormir. Mañana a las nueve me traerán el desayuno, luego tendremos sesión de gimnasia y pasearemos hasta la hora de comer. Así se resume mi vida desde hace dos semanas, cuando me tuvieron que ingresar en este centro. Perdí el habla durante cinco días y desde entonces me quedó el hábito de escribir, primero para comunicarme y ahora mismo como desahogo. No creo que pueda salir de aquí durante mucho tiempo; no podré ver crecer a mis pequeñas cada día, ya que solo están permitidas las visitas una vez cada quincena. Mañana vendrán a verme con sus abuelos, que es con quien viven ahora. Hasta hace tres meses mi vida era más o menos normal. Entonces jamás hubiese imaginado que tras una desgracia tan grande como la que había padecido podría soportar aún más sufrimiento al ver derrumbarse lo que con tanto amor y esfuerzo estaba sacando adelante, ni cómo un ingenuo comentario infantil podría alterar el mundo circundante. Pero creo que es mejor retroceder al día en que comenzó todo. La fecha en cuestión fue un diez de abril, cuando se cumplía medio año de la muerte de Sara, mi esposa, en un accidente de coche. Se desplazaba como siempre en su automóvil hacia el trabajo, que está a diez kilómetros de la ciudad, cuando un camión cargado de combustible se saltó un semáforo y al tratar de frenar volcó justo encima del coche de mi esposa. Se produjo una enorme explosión que la mató al instante junto con el conductor del vehículo pesado. Nos dejó solos a mí y a las pequeñas María y Marta, de seis y cuatro años respectivamente.

Puesto que yo no podía dejar el trabajo aunque sí reducir la jornada contraté a Laura, una canguro, para que me cubriese en el momento que no pudiese ir a buscar a las niñas o ayudarlas a hacer los deberes. Era una chica muy alegre y trabajadora, las pequeñas la adoraban y a mí me iba ayudando a sobrellevar la enorme pena que me afligía. La noche del diez de abril, estábamos en casa los tres. Ese día me tomé libre la tarde en el trabajo y ayudé a la mayor con los deberes, por lo que Laura solo estuvo durante la mañana. Les preparé a las niñas croquetas y media hora después las fui a acostar. Tras asegurarme de que estaban bien arropadas y cuando iba a apagar la luz, Marta me dijo:

̶  Todas las noches hablas con mamá ¿qué te cuenta?

Me quedé sin responder en el momento y con dificultad pude contestar: ̶ no hablo con ella, pero pienso mucho en ella.

̶  Te oímos hablar.

̶̶  Hablo con el corazón, cariño, eso sí que es verdad.

 ̶̶  ¿Qué te dice? ̶  insistieron esta vez las dos.

Era evidente que estaba soñando en voz alta, así que no tenía que seguir fingiendo. Lo cierto es que no recordaba ningún sueño, por lo que intenté inventarme algo.

̶  Os echa mucho de menos y siempre se acuerda mucho de vosotras; está muy contenta de ver que cada día sois más grandes y que estudiáis mucho en el cole, pero que siente no poder estar aquí.

̶  ¿Puede hablar?

̶  Bueno, le habla al corazón, eso sí.

̶  Y además quiere que te cases con Laura.  ̶  Dijo María.

Otra vez me cogieron desprevenido y tardé en reaccionar; como no decía nada, mi hija mayor prosiguió:

̶  Era lo que parecía que decía, por lo que tú hablabas de noche.

̶ Escucha, cielo, estoy muy contento con Laura, vosotras la queréis mucho porque os ayuda y siempre se porta muy bien, ya os dije desde el primer día que nos iba a ayudar mucho y que teníamos que quererla, pero eso no quería decir que fuese a ocupar el lugar de mamá.

̶  Lo sabemos.

̶  Vuestra madre era una mujer increíble, no hay otra como ella y me ha dejado lo más bonito que podía haberme dado en este mundo, dos preciosas hijas a las que quiero con toda mi alma.

̶  ¿Nos cuentas un cuento de terror?  ̶̶ cambió de tema María repentinamente.

̶  María, no ves que tenéis que dormir bien, que mañana hay colegio, y que si os cuento uno vais a tener pesadillas, justo después de cenar.

̶ Está bien papá, pero mañana sin falta, a la hora del desayuno te inventas uno y nos lo cuentas ¿Lo prometes? ¿Vale?

̶ De acuerdo  ̶ dije con la esperanza de que al día siguiente todo estuviese olvidado. Pero apenas pude dormir.

Durante el desayuno surgió la inevitable petición.

̶  Porfaaaa, porfaaaaa, cuéntanos el cuento de terror, que nos lo habías prometido, papi…

̶ Chicas, si os soy sincero no me sé ninguno, pero puedo explicaros cómo se puede hacer ¿os parece bien?

̶  ¡Trato hecho!  ̶ respondieron al unísono.

̶ Pues para hacer un cuento de terror hay que pensar en algo que os dé miedo ¿se os ocurre algo?

̶ Las arañas  ̶ dijo Marta.

̶ Los cuervos  ̶ prosiguió María.

̶ Arañas y cuervos, son dos animales ¿y qué os da miedo de ellos, el color?

̶ No sabemos, nos dan miedo y ya está.

̶ Coincide que los dos son de color negro; los cuervos vuelan y las arañas tejen redes para capturar a sus presas. A lo mejor lo que os da miedo es el que no son animales que se puedan domesticar. Por ejemplo el perro de enfrente es muy grande y no le tenéis miedo.

̶ Porque lo conocemos y es muy simpático.

̶ Pues ya me habéis dicho vosotras algo que tiene que haber en los cuentos de miedo: algo desconocido y con lo que no puedas tener familiaridad. Ahora podemos inventar algo; imaginaos un cuervo tan alto como una farola que tenga ocho patas como las arañas y pueda fabricar redes gigantes con las que atrapar a las personas.

̶ ¡AAAAAAAAAAAHHHHHH!  ̶ Chillaron ambas.

̶ A que os asusta ¿verdad? Precisamente por eso, por el miedo a lo desconocido, porque no podéis dominar la situación. Ahora vamos a inventar otras historias que pueden dar mucho miedo y en las que no tienen porqué aparecer seres horribles.

̶ ¿Se puede? ̶  preguntó María, que aún no se había recuperado del sobresalto.

̶ Claro que sí, y además es fácil, ya verás. Imagina que estás en tu cuarto jugando con tus muñecas y de pronto a una de ellas le empiezan a brillar los ojos, se le ponen rojos y empieza a hablarte, o que te estés mirando al espejo y la imagen que se refleja quiere estrangularte…

̶ ¡Papá, para ya por favor!  ̶ gritó Marta al borde del llanto.

̶ ¡Mira tú la valiente! ¿No me habíais pedido cuentos de terror? Ni siquiera os he contado uno y ya estáis muertas de miedo. Ahora pensad que esto os lo cuento de noche ¡No me hubieseis dejado dormir! Venga, coged las mochilas que tenemos que ir al cole.

Tras dejarlas, volví a casa para terminar de limpiar. Cuando estaba fregando el baño empieza a sonar una llamada en mi móvil. En la pantalla apareció el nombre de ¡Sara! El corazón me empezó a latir con fuerza, comencé a temblar. Había borrado su número poco después de su fallecimiento y lo había dado de baja, era imposible. Dejé que el teléfono sonase un poco más mientras no separaba los ojos de su nombre. No sabía qué hacer, era una locura aquella situación, no me decidía, respondo, no respondo. Al final decidí responder y con un hilo de voz temblorosa pude balbucear:

̶ ¿Diga?

Pero nadie contestó al otro lado ya que la comunicación se cortó al instante. Desconozco el tiempo que me quedé en el baño con el teléfono en la mano, pero creo que estuve bastante sin reaccionar. Cuando conseguí reunir fuerzas, salí al establecimiento donde mi esposa había adquirido el móvil y donde tras su muerte yo lo di de baja. Allí intenté aclarar la situación.

̶ ¿Han dado de baja el teléfono de Sara Sánchez, 425652987?

̶ Sí, precisamente fue usted quien vino a solicitarlo. Se la concedimos ese mismo día.

̶ ¿Entonces cómo me pueden explicar esta llamada que acabo de recibir?

Miro en la lista de llamadas recibidas, y no hay ninguna. Busco entonces en las llamadas perdidas, tampoco había nada. Otra vez comienzo a temblar, el pulso se me acelera. –Señor, ¿se encuentra bien?–me pregunta la dependienta. Apenas acierto a responder un apurado “discúlpenme, ha sido un malentendido” y vuelvo a casa. Una vez en ella me senté en el sofá intentando tranquilizarme. Menos mal que Laura, antes de venir, iba a recoger a las niñas y las traería a casa. Se supone que yo haría la comida, pero no tuve tiempo ni fuerzas; con lo que la pobre canguro, al ver mi aspecto, no dijo nada y se puso a prepararla. Ese día apenas pude comer. Las niñas se daban cuenta de que algo me había pasado –papá ¿estás bien? Estás muy blanco  ̶  me preguntó María, ̶ sí, cielo, es que tuve un día muy ajetreado, en la oficina hubo un problema y tuve que ir a ayudarles. –Ignoro si me habrían creído. No dijeron nada, pero en sus rostros no había mucha convicción. En todo caso no insistieron.

Dos días después ya empezaba a recuperar la tranquilidad y hubo otro extraño suceso que volvió a perturbarme. Otra vez me hallaba solo en casa, también en el baño, pero lavándome las manos. La corriente se fue y la puerta se movió como si hubiese alguien que la empujase. Mientras, escuchaba el sonido de un mensaje que me llegaba al móvil. A pesar del susto cogí el teléfono y con su única luz iluminando el cuarto de baño, apareció el siguiente mensaje  ̶ POR FAVOR, NO ASUSTES A LAS NIÑAS  ̶  de ¡Sara! ¡Otra vez! El corazón me empezó a latir con mucha más fuerza, podía sentir su fuerte bombeo presionándome los oídos; me comenzaba un mareo, pero conseguí salir del baño y llegar hasta mi cama; allí permanecí tumbado hasta que llegaron las pequeñas. Seguían sin decir nada, pero sabían que algo no iba bien. Yo intentaba olvidarme del incidente preguntándoles por el colegio, por lo que aprendieron, si lo habían pasado bien. Pero no podía y ellas me miraban un poco temerosas. Para alejarme un poco decidí llevármelas de excursión el fin de semana. El sábado tocó playa y el domingo fue día de zoo. Ellas lo pasaron en grande y yo conseguí distraerme por unas horas. La semana entera transcurrió con tranquilidad, mi ánimo se iba calmando poco a poco y llegamos al sábado siguiente. Otra vez Laura volvía a quedar libre, ya que yo podría ocuparme otra vez de ellas. Tras el desayuno me puse a hacerles las camas mientras veían la televisión  ̶ No la pongáis muy alta que os quedáis sordas  ̶ les dije. Naturalmente bajaron el sonido muy poco más, con lo que se podía oír por toda la casa. En un momento dado escuché claramente  ̶ Por favor, no asustes a las niñas  ̶ dicho por mi difunta esposa. Nuevamente volví a darme un susto enorme y corrí hacia el salón gritando  ̶¡Qué ha sido eso! ̶  María intimidada dijo  ̶ No estamos haciendo nada malo papá, estamos viendo el DVD del bautizo de Marta, mira qué guapa era mamá y tú qué gracioso estabas disfrazado de oso. ̶ Totalmente fuera de mí, le arrebaté el mando y apagué la televisión  ̶ ¡No quiero que veáis esas cosas! ¿Entendido? ¡Iros a vuestra habitación!  ̶ grité como un loco. –Pero papá, no hicimos nada malo ̶  dijo llorando María. ¿Qué estaba haciendo? Me había convertido en un monstruo para mis propias hijas. Era verdad, me había sobresaltado por un vídeo casero. –Tienes razón, lo siento mucho, no debí haberos gritado así, creo que aún no estoy preparado para ver esos vídeos, perdonadme hijas  ̶ dije llorando, y ambas corrieron a abrazarme.

A partir de ese día nada empezó a ser igual. Comencé a sentir una presencia que me seguía a todas partes, a intuir sombras a mis espaldas; aunque nada pasó hasta el miércoles siguiente. Otra vez una llamada al móvil, pero en esta ocasión del colegio:

̶ Jorge, soy la tutora de Marta, te llamo para decirte que le vi tres heridas que le atraviesan toda la espalda desde la altura de los hombros a la zona de los riñones. Se ve que son recientes y aquí no se las hizo ¿sabes cómo pudo ser?

Fui corriendo al colegio y Marta estaba tranquila. No sé qué cara llevaría pero la tutora y el director del centro me miraron de forma extraña. –Cariño ¿estás bien? ̶  le pregunté –Sí papá, no te preocupes, mamá nos va a cuidar y no va a dejar que nos pase nada malo. Esta vez un sudor frío me empezó a salir por todos los poros de mi piel, comencé a temblar, a palidecer. –Jorge ¿estás bien? ¿Llamamos a un médico? ̶  me preguntó el director. –No, por favor, traedme un vaso de agua y dejadme sentar un rato, ya me recuperaré. Esa extraña presencia no me abandonaba, aunque no pasaba nada extraño vivía con la angustia de pensar en qué momento sucedería algo. Mis hijas me miraban cada vez con más recelo y apenas se atrevían a dirigirme la palabra; se refugiaban en Laura, quien por su parte intentaba hablar conmigo con la mayor normalidad posible. Sabía que algo me pasaba aunque yo no me atrevía a contarle nada a nadie. El lunes siguiente fue cuando se desencadenaron todos los hechos que me trajeron hasta aquí. Laura se había quedado el fin de semana en el cuarto de las visitas; sería ella quien llevase a las niñas al colegio, mientras que yo iría al trabajo, donde también llevaban unos días mirándome de forma extraña debido a mi cambio de carácter. Al despertarme, descubrí que el retrato de mi esposa estaba boca abajo y con los ojos sangrando. Otra vez el corazón me comenzó a latir con fuerza y me quedé paralizado por el miedo, tanto que no me atreví a levantarme de la cama durante un buen rato y me perdí las tres primeras horas de trabajo. Al llegar se iba a celebrar una reunión de empresa. En la sala estábamos esperando a que llegase la jefa de planta, cuando mi compañero de oficina me dijo: –Jorge, la verdad es que llevas unos días muy raro, pero hoy vienes tarde y parece como si hubieses visto a un muerto.

No pude aguantar más, me disculpé y fui al servicio a vomitar. Tras hacerlo, me lavé la cara en el lavabo, y cuando me voy a mirar al espejo para ver que no quedase suciedad, mi propia imagen estaba inmóvil frente a mí. Yo agitaba los brazos, abría la boca, pero ella permanecía imperturbable, hasta que me dijo en voz muy baja: –hay ciertos temas de los que es mejor no hablar. Lo siguiente que recuerdo es que estaba tumbado en una cama y una enfermera que me miraba. Cuando me vio despertar me dijo:

̶ Tuvo suerte de que sus compañeros le oyeron gritar y salieron corriendo hacia el baño, se acababa de desmayar. Ya me dijeron que tuvo unos días un poco difíciles. No se preocupe por las niñas, de momento las cuidarán sus abuelos y vendrán a visitarle de vez en cuando.

 

Esto era todo lo que tenía que contar. Hay que tener mucho cuidado con las cosas que se piensan, pues a veces imaginamos con tanta fuerza que convertimos en realidad lo que nos viene a la mente. Ya pasaron dos semanas desde que estoy ingresado y gracias a la medicación no he vuelto sufrir ningún episodio traumático, así que pienso que ya ha pasado el tiempo suficiente y que puedo contar aquellos hechos porque ya nada extraño va a suceder. Al menos los dejaré por escrito, pues es algo que llevo dentro y que no puedo retener por más tiempo. Pronto vendrá la enfermera a buscarme para el paseo. Tanto el aire libre como la actividad de grupo, me han dejado como nuevo. Pero a la hora de la cena, he notado como si alguien me observase de cerca. Algo imposible porque las habitaciones son individuales; sin embargo sentía otra vez una presencia muy cercana a mis espaldas. ¿Qué extraño espíritu reprime mi mente que no me deja expresar mis miedos o me prohíbe imaginar ciertos temas? ¿Por qué al pensar en todo ello, manifestarlo de palabra o por escrito, siempre ha de ocurrir algo inexplicable? ¿Qué fuerzas ocultas nos dominan? Por tratar de complacer a mis hijas he sufrido durante meses y las he perdido. He estado huyendo y no me sirvió de nada. Ya no tengo nada más que perder, me enfrentaré a vosotros, malignos espíritus. Si no os gusta que hable, vais a tener que soportar mucho porque esta vez no voy a parar ni me voy a esconder. Hace diez días que llevo escribiendo todos estos extraños sucesos y se han intensificado aún más. Cada día aparezco con nuevas heridas supurantes; apenas consigo conciliar el sueño, percibo que alguien me observa a todas horas, puedo notar su respiración. Los médicos me han doblado la dosis de medicinas, pero no sirve de nada. Lo único que siento es que mis niñas no han venido a verme y pronto hará un mes de la última vez que estuve con ellas, justo antes de ingresar. Le pregunto a la enfermera que habitualmente me atiende y me dice que muy pronto podré verlas, eso me da fuerzas para seguir. Llaman a la puerta, escucho la voz de la enfermera preguntando por mí.

Acaba de entrar la enfermera con un móvil, dice que son un par de chicas que preguntan por mí:

̶ ¡Hijas, qué alegría escucharos de nuevo!

-¿Qué tal los abuelos?

̶ Bueno es normal, el clima es muy húmedo y ya van siendo mayores.

̶ ¿A otra ciudad?

̶ Va a ser difícil podernos ver.

̶ Eso es verdad, podéis llamar cuando queráis.

̶ Hasta pronto, os quiero mucho.

 

Ya se fue la enfermera; volverá dentro de media hora para traerme la comida y luego quedarán dos horas de descanso hasta que me saque a pasear. Mientras tanto, veamos si los barrotes de la ventana pueden resistir mi peso y si puedo hacer un buen nudo con una sábana alrededor de mi cuello. Mejor pensado, lo dejo para después de comer, que voy a tener más tiempo.

 

 

           

           


miércoles, 15 de septiembre de 2021

Rayito de sol

 



                                            Hay gente que mira al sol todos

                                            los días 

                                            y se enorgullece.

                                            'NO valen mucho sus rayos' - dicen.

                                            Pero yo,

                                            entonces,

                                            por un rayito de sol amarillo,

                                            reflejado sobre mi pared,

                                            hubiera dado todo un mundo.

                                                                               Vladimir Mayakovski

lunes, 13 de septiembre de 2021

Último deseo


 

- ¿Y bien?

- Quisiera que mi memoria quedara impregnada aquí para siempre.

          Y fue así que su celda se convirtió en una celda-hotel.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Lancinante


 

                                        No es tu daño lo más brutal,

                                        sino el lucubrar 

                                        cuando la víctima 

                                                        TE ENFRENTA.

martes, 31 de agosto de 2021

Más resistente que la sangre

Osaka 2009

 

                                                                                Amistad:

                                                                              Un lazo de níquel::::::::::::::::::::

viernes, 27 de agosto de 2021

Su lengua, como una llamita


 


Su lengua, como una llamita, me alegraba la carne. Respondí, provoqué y combatí, me volví más violenta que ella. Olvidábamos el movimiento de los labios, pero cuando al unísono nuestros movimientos se hacían rítmicos, la saliva nos drogaba. Después de intercambiar tanta saliva nuestros labios se desunieron a pesar nuestro.

            Violette Leduc

                      La bastarda

jueves, 19 de agosto de 2021

Frases hechas especialmente molestas


 

'No hay problemas, solo hay soluciones' (frase absurda, muy apreciada por los ingenieros para justificar su cargo).

'Saber es poder' (traducible por: yo sé más que tú).

'Trabaja menos, pero trabaja mejor' (eslogan empleado por los jefes más hipócritas cuando quieren que curres).

 Corinne Maier: Buenos días pereza, Estrategias para sobrevivir en el trabajo, trad. Zoraida de Torres, Barcelona, Península, 2004, p.35.

jueves, 12 de agosto de 2021

Los versos de la nulípara

En: MAYDAY

Y pese a todo, quedé embarazada dos veces...



 

domingo, 8 de agosto de 2021

El orgullo


 

                 El orgullo es enemigo de la felicidad

                                               Marquesa de Merteuil en Amistades Peligrosas

viernes, 9 de julio de 2021

Poema a Samuel

Todo por hacer

 




En las sombras

de la matanza,

en lo infecto de manadas

que creen escapar,


brilla un arco da vella

Y lo digo en lengua gallega

porque no hay traducción posible que refleje

                     tanta hermosura.

Y brilla también nuestra BANDERA del orgullo. 

Lo repito cien mil veces: BANDERA.

Y un diamante de tu pureza y de tu vida

 bien adentro,

            incrustado para siempre

en nuestra entraña: Samuel.


Y la esperanza, algún día...

ojalá, pero lo dudo, pero ojalá.

Sí, definitivamente y pese a todo: 

             ESPERANZA.





lunes, 28 de junio de 2021

Primer sueño


 


                                


  ¿Esto es la nada?

Preguntó el hombre, cuando despertó de su primer sueño.

jueves, 24 de junio de 2021

Last joint


 

Epub de uno de mis primeros relatos escritos poco después de mudarme a Barcelona. Esta es la segunda vez que una plataforma literaria decide publicarlo. Se trata de Libretes, una página que ofrece obras gratuitas descargables de selección cautivadora.

Cierto mucho que escribir es un trabajo como cualquier otro, y que se traduce en dinero. Pero al mismo tiempo, cada vez más fauna lectora no puede darse el lujo de comprar libros. Y luego está el tema de la fábrica de papel eterna obtenida de árboles agonizantes. Sin olvidarnos de las personas alérgicas a todo aquello que no sea virtual. Entrañables hikikomoris que han renegado del mundo para siempre. Para ellas y ellos, todos los epubs.

domingo, 20 de junio de 2021

La ventana y la distancia

                                                                                     La ventana más bonita de Metelkova


                                          La distancia es el alma de lo bello................................................Simone Weil

viernes, 11 de junio de 2021

Escritura creativa en A Coruña / Creative writing in A Coruña



 


En un año raro, luego de una pandemia

aún más rara, o más bien en el medio/final de ella.

Vuelven talleres presenciales donde el material protagonista serán tus textos y lecturas de otras (más que de otros) muy seleccionadas.

Hasta que llegue el momento (bien puede ser el primer día de esta aventura) en que te diga: 

Vuela, no puedo acompañarte...

Porque tanto en talleres de escritura creativa como en terapias, hay un fin, tiene que haber un fin. ¿Qué es eso de que la terapia con la misma profesional es para toda la vida? ¿No existen ya demasiadas adicciones?

En mis talleres, sin embargo, ha habido participantes que me superan en creatividad, talento, dominio de las técnicas y más, y tuve la decencia de decirles a debido tiempo, que tenían que "enseñarme" ellas a mí y que el taller por lo tanto, ya no más. Lo cual, lejos de avergonzarme, me enorgullece.

Sé que no es el típico 'venderse una misma', pero la sinceridad ante todo. ¡Y la poesía!


jueves, 6 de mayo de 2021

El monstruo del lago Ness




                                                            Ilustración del video: Cel     celserresa@gmail.com


 Todo el mundo quiere ir a Highlands. La leyenda del lago Ness y su monstruo, cautiva a mucha gente. La familia De Luca de la ciudad de Brindisi, se prepara para ir al famoso lago. Desde hace muchos años que Giuseppe (el padre de la familia), lleva leyendo sobre el monstruo legendario, y tanto su mujer como sus hijas le siguen en sus ideas de la creencia de que existe este bicho. Todas menos una de las tres hijas: Matilda, que tiene trece años y es muy escéptica con el tema, e incluso contradice a Giuseppe con teorías científicas que sacan mucho la rabia de su padre, con quien discute a menudo. Pero a Matilda le hace ilusión salir de Italia y está contenta de tener los billetes hacia Highlands, poder volar sobre los Alpes y poder ver ese verde de Escocia.

Así que toda la familia De Luca parte desde el aeropuerto hacia Highlands, en 5 horas de vuelo. El trayecto en la Aerolínea les ha salido barato, pero la estancia más cercana al lago les ha costado 400€ la noche, aunque eso sí, a toda la familia. El hotel es rústico, cuenta con un salón con “llar de foc”, una pequeña sauna, y está a unos 7 kilómetros del lago.

Giuseppe está entusiasmado al llegar al mediodía a Highlands, por lo que plantea a la familia caminar esos kilómetros y comer en el lago. Así pues, al llegar hay un montón de turistas e infinidad de comercios: La taberna de Ness, El rancho de Ness, la boutique de Ness, el suvenir de Ness, El Ness de Ness y muchos Ness más.

Por lo tanto, la familia De Luca decide comer allí, pasear por los alrededores del lago y hacer algunas compras. Giuseppe está tan atraído que mientras la familia está dando vueltas, él no deja de mirar alucinado el lago a ver si puede ver al monstruo. Y llega la noche y sigue igual, aterido, pensando que igual Ness sale por la noche. Mientras, Matilda da un paseo y encuentra a una señora misteriosa que mira el lago y le pregunta sobre “el monstruo”. La señora mira a Matilda y le cuenta:

 “Hace 15 siglos que unos viajeros que fueron al sur de Escocia trajeron unas plantas llamadas floripondios e hicieron una fiesta. Alrededor del lago todos estaban muy conectados pero a la vez muy locos; tuvieron una alucinación colectiva y vieron el famoso monstruo”.

Desde entonces de ahí la leyenda, gracias a los floripondios vivimos aquí muy bien. Si ha de existir un monstruo que siga existiendo, no es nada malo; personas como tu papá vienen de lejos emocionadas y es obvio que no lo ven. Pero se van igual de emocionadas, por lo que te pido que me guardes el secreto Matilda, tú que eres escéptica, pero que nunca derrames la ilusión de los que tienen fe. Matilda asintió, la abrazó, y cuando caminaba para volver con su familia, se giró y la señora mística ya no estaba, había desaparecido.  

Óscar Miguel