Detalle de Monica Stanciu |
Yve la vida pasar
en despacho de marfil
Aferrada a la seguridad inventada
que le confiere la escala
la medida, el contraste
el número ingrato
lo que aprendiste
lo que se sella y aprovecha
cuando se tienen las armas.
Esnifando legalidad
teñida (un solo baño)
de subversión, jactándose
Pero ATADA de pies y manos
al imperio del superlativo
ese, ese
que te consume
sin arar campos
perdida en sueños ajenos,
admirando esos sueños solo-con-retícula
En algún momento empero: te enterneces en narcisos
nos consta
/en espejos
pero luego te acuerdas de que ocupas
un lugar
en tu parcela
cuando lo que escribes no encaja con lo que haces
¿qué le dejas al cerebro?, y más que a este contenido trémulo,
¿qué le dejas al alma que década tras década susurra hecha espina?
Siento, que escaparía por tu oído si pudiera...
pues sabe el alma lo más terrible:
que el exorcismo no iluminará nunca a su dueña.
y mientras tanto, pegada a la silla de marfil
en el despacho de marfil
de un imperio asediado ahora por
hordas centenarias de
elefantes;
sí
sangrantes
LLORA TU PENSAMIENTO
pero no te caes no,
te nutres de ello
de esto se trata
aun sabiendo que
tan solo moviendo un dedo
hubieras salvado mi vida
por no decir
todas las vidaS.
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