Pécs |
Su memoria es un músculo durmiente
de lo mucho que disfruta el vivir
por más que me esfuerce
en traerle instantes temerosos
envueltos en papel de arroz
de cafés a los que fuimos él y yo
de salsas y aromas celestiales
y por lo tanto, también palpitantes,
(infernales)
aunque tengan tendencia a instalarse
para siempre... de objetos sacros
en su maravillosa candidez;
de personas que solo
se nombraron una vez
él se olvida.
De lo mucho que disfruta el vivir
ignora la sustancia última del placer:
lo vivido.
¿Qué tramo pues puede
haber entre lo que ha sido y lo que es?
No hay comentarios:
Publicar un comentario