lunes, 12 de mayo de 2025

La joyería es poética

 



Queen’s Wood Studio
Conocí a Hattie Wragg en un viaje a Eslovenia y en un bus de bajo costo.

Ella residía por aquel entonces en Praga,

para luego volver su Inglaterra natal.

Recuerdo que me dejó una tarjeta con su

contacto y yo pensé: Si algún día le compro  a alguien una joya única, será a ella. Y fue así, solo que en lugar de una, tengo dos: un broche que de tan fino parece de papel metálico, y un anillo enorme de plata oxidada. Sería simplista decir que su trabajo es minucioso; es mucho más. Tiene un conocimiento de la plata reciclada tan inmenso, la trabaja con tanto mimo, que sus piezas son ya literarias, míticas. Como tesoros de un mar profundo, que luego de cientos, miles, millones de años, un buen día o buena noche, terminan descansando en la orilla.

 


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