viernes, 14 de diciembre de 2012

Carta de amor a Ester Quintana








sempre hi haurà un altre lloc
                                                                                                  

 A Coruña, 14 de diciembre del 2012

Querida Ester:

Hoy hace un mes.  Siento que las escasas cartas de amor que me he animado a escribir en mi vida, se desdibujan  en un pequeño atado y de golpe en mi memoria.  Se desdibujan palabras que ahora, aunque me esfuerce en negarlo, corresponden a fórmulas huecas, repetidas, finitas. No quiero decir que desprecie mis sentimientos de antaño, no.  Lo que quiero decir es que mis sentimientos de amor volcados en aquellas cartas, se vuelven irremediablemente algo vacío si lo comparo con lo que siento ahora.  Porque el amor erótico aunque maravilloso, pertenece a algo mucho más eterno, que es el amor social.  El primero es un grano de arena al lado del segundo, es algo que está inscrito en la especie.
 Pensarás que es compasión, pero se trata de un sentimiento bastante distinto.  La compasión va asociada a la pena, y ambas miran con descaro hacia abajo, al objeto de la desgracia. Sin embargo, lo que siento ahora es un dolor que va directamente desde ti hacia el centro de mí misma, porque no se equivoca tu abogada cuando dice que la sociedad entera te apoya pues se ve más que nunca, reflejada en tu persona.
Por otro lado, nunca antes tuve tanta necesidad de escribir una carta y  todos estos días se me hicieron eternos esperando que llegara finalmente el catorce.
Cuando te hicieron esto yo estaba  viajando a Barcelona.  Me extrañé de que la huelga general del mes pasado no hubiera dejado más rastros, más evidencias de una batalla que sospeché demasiado silenciada.
Y sentí decepción por este silencio profundo, porque aunque no viví la dictadura explícita, que sé bien de los silencios provocados por el miedo en su grado más alto, de las calles vacías, literalmente saqueadas por voraces ejércitos exterminadores, suspendidas en esa tensión perversa que precede a lo fatal.  Cuando caminé por las calles de Barcelona al día siguiente, respiré el hedor sulfuroso de la dictadura en un único vaho.  (Fue cosa de instantes, terribles...sospechosos instantes).  De una dictadura que engaña porque dice ser otra cosa, pero ya nadie puede negarlo: dictadura, el cubo (a) mágico de las políticas actuales.
Hace poco me enteré de lo tuyo y entonces supe que aquel día fue bastante más trágico de lo que aparentó ser, y que como siempre, las consecuencias terroríficas del sistema despótico que nos domina, se sienten mucho después.  Días, meses, años después...pero aparecen.  A veces en forma de brotes, pero aparecen.  Ante todo quisiera ser práctica, y no solo fundirme en una eterna empatía contigo, pues esto aunque momentáneamente pudiera ser reconfortante, no perduraría, no perdudaría en tu lucha por la dignidad que te mereces y quisiera que lo que te digo ahora perdure, que sea el sentido último, el espíritu de estas letras.
 Por ello, aunque continúen negando que te arrebataron un ojo, estás muy cubierta por gente que está de tu lado, y más lo estarás.  Y estás cubierta también por un valor donde antes y supongo que más al principio, hubo puro miedo.
Es evidente este cambio positivo en tu día a día con la situación que enfrentas cuando afirmas que no dejarás de asistir a las manifestaciones.  Decir esto Ester, tan solo decir esto, es ganarle la batalla al miedo.  Ganarles a ellos.
 Mientras te escribo, pienso en todas las personas que desde la creación tanto literaria como musical; artística, continúan insistiendo en que la política no es  importante.  Nunca entendí que exista gente considerada sensible e inteligente que sea capaz de decir esto.  ¿Es realmente posible que no deseen cambiar las cosas? ¿Se puede permitir este capricho el afamado arte? Creo que, de hecho, a pesar de ellos, la política los envuelve; es inevitable escapar de ella hoy en día.    Y no dejo de sentir tristeza al pensar en el tamaño que alcanzaría esta lucha conjunta por perder el temor al miedo, si encaminaran su energía hacia vías más urgentes, más allá de las simples modas del momento.
 Siento que todo lo que tengo para decirte no cabe en los renglones de esta página, pero por primera vez en mi vida tengo el poder de agrandar con palabras el espacio que se me ha impuesto desde que tengo memoria para escribir.  Porque el espacio lo estamos creando ahora.   Esto antes no ocurría. Dejemos entonces evidencia en forma de renglones de lo que tanto queda por llenar... Nosotras vamos cumpliendo con nuestra parte.
                                 Palabras que preceden
                                   palabras que siempre llevan
                                           a la acción
 Por suerte también es cierto, que muchas/os continuamos sintiendo el dolor ajeno en el cuerpo, porque de eso se trata.  No experimentar el dolor de fuera, es la trampa de hecho que impide la reforma radical que tanto necesitamos.  Llegando desde lo pequeño a lo grande.  Más aún, que lo pequeño es en sí mismo lo grande. Porque a fin de cuentas, el crack ya está hecho cuando el ojo que te han robado podría ser el mío.  Esta certeza es irrevocable.
                                                           
Por siempre  Rosanna
   
 
  



Universitat d'Alacant
Grup Transducens
Departament de LLenguatges Informàtics
Prompsit

    

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