Illa de Arousa |
¿Por qué permaneciste siempre sorda a mi grito?
¡Dios sabe cuántas veces, con amor infinito,
te busqué en las tinieblas, sin poderte encontrar!
Hoy-¡por fin!-te recobro: todo, pues, era
cierto...
¡Hay un alma! ¡Qué dicha! No es que sueñe
despierto...
¡Te recobro! ¡Me miras y te vuelvo a mirar!
-Me recobras, amigo, porque ya eres un muerto:
De fantasma a fantasma nos podemos amar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario