martes, 25 de marzo de 2025

Ucum

Chetumal

 

Y QUIZÁS, alguien que trabaje en este hotel lea esto más tarde o más temprano y no le guste un pelo lo leído, pero me arriesgo, y reconozco que imaginarlo me divierte. Aunque no todo lo que voy a escribir sobre este insólito antro perdido en una ciudad de México cercana a Belice es negativo...

Es más, el UCUM me recordó a varias películas de Tarantino. Por lo mucho que tenía de motel, por los colores chillones de los decorados, y las dos plantas largas de cuartuchos, con balcones incluidos. Por los tíos de recepción que parecen haberlo visto todo y al mismo tiempo no enterarse de nada, por esa suciedad fija a paredes y rincones, pero que se advierte refregada con ansiedad para que pase al estatus de cosa limpia, y créanme que de extraña manera lo logran.

Hacía un calor humedísimo de los cinco mil demonios. Recuerdo haberle dicho al taxista: Lléveme al hostal más barato de la ciudad. Y su respuesta:

-La llevo, pero no espere lujos.

Y todo fue según mis expectativas, pero mejor incluso. Porque me sentí por una noche, actriz secundaria de una peli del director nombrado. Todo, hasta que llegó la primera intrusa. Me pregunto si hubo otras a lo largo de la noche. Mi fobia a los insectos es tal, que podría llegar a preferir variando un poco las circunstancias, morir ahogada por el letal Raid antes de que una cucaracha me camine por cualquier parte del cuerpo.

Y aquella pulga... para qué continuar.

Poco antes, me deslicé al balcón, que daba a otra hilera de balcones de mucha peor guisa que el mío. Un hombre eructaba a la noche el humo del cigarro o muy probablemente el porro , y dentro de su habitáculo, ruido y montones de cervezas. También más hombres. Risas enajenadas revueltas con gritos y de repente, la mirada de este tipo y la mía se cruzaron. Entré a mi pieza con la sensación de haber sido otra vez violada. Porque las mujeres sabemos de decenas y decenas de tipos de violación. La distancia entre ellos y yo era ínfima. Entonces me di cuenta de que mi cortina no tapaba una mierda, y al brillo especial de la noche mexicana, mi cuarto y yo misma resultábamos transparentes.

Apagué la luz y me metí en la cama, aterrorizada por un nuevo horror: el triple y veloz salto de mi diminuta inquilina sobre una sábana que destacaba por un enorme, amarillento, desafiante lamparón.



viernes, 21 de marzo de 2025

Escritura creativa/composición textual/en MUCHAS formas posibles


 

Y me fui y volví, y me volví a ir y me volví a quedar. Pero continúo apoyando en esta aventura de escribir, tanto a distancia como presencialmente. (Lo de MUCHAS formas posibles y no todas es porque alguien solicitó mi ayuda hace años para la composición de textos jurídicos y no fui capaz).  Ahí me di cuenta de lo amplia y variada que puede llegar a ser la escritura, y que es fundamental reconocer nuestras limitaciones antes que nuestros méritos:::::::::::::::::::  SIEMPRE.                               rosannamoreda@gmail.com

sábado, 15 de febrero de 2025

Escribiría un poema en vídeo





 

Hace ya unos cuantos años, la artista visual Valentina Messeri, se ofreció para realizar un videopoema de una de mis piecitas más preciadas con mis versos en español original a modo de subtítulos y doblados en turbadora pero hermosa voz italiana, que escribí poco después de la muerte repentina de mi hermano Flavio. Fue un detalle conmovedor. Me encantó. Estuvo en VIMEO mucho tiempo, pero ahora, sorpresivamente no está. Por suerte, alguien lo rescató por mí y aquí sigue. Creo recordar, lo compartí en mi facebook de autora, pero cuando estaba en dicha plataforma de vídeos...

lunes, 10 de febrero de 2025

Desconsideración


 


                                E mentres os nenos

                                 saltan das árbores

                                 ela baila

                                para os bechos.


                                                                Mario do Severo

viernes, 31 de enero de 2025

Jeanne y Camila Sosa


 

Camila Sosa habla también sobre ese caos de sentimientos con los que cargo desde que supe de mi hermano mayor, el robado al nacer y que quizás (ojo al quizás), por una cuestión de edad, esté muerto. Cierto que esta escritora argentina es ahora muy famosa. Y la fama excesiva y el arte, desde siempre han mantenido una relación amor - odio. Hay un gran peligro en ese vínculo,  algo que simplemente no casa, pero al mismo tiempo, un orgullo para las escritoras trans o travestis (pues Camila se define como travesti y no trans) por la ENORME visibilización que representa en la conquista de una libertad para la que no debería ser necesaria esa palabra (conquista), que tanto mal representa. Debería ser un derecho innato para elles, que todavía no lo es. Pensé por ejemplo en mi biblioteca, donde sólo figuran (al menos que yo sepa) DOS escritoras trans/travestis: Jeanne Sosa y Camila Sosa. Casualmente, ambas llevan el mismo apellido. Una vergüenza que sólo sean dos escritoras trans; en realidad tres pues estoy deseando hacerme con algún libro de la chilena Claudia Rodríguez. Algo inexcusable para quienes trabajamos o intentamos trabajar con el género, la escritura y la lectura. Pero eso dice mucho de esa distancia de galaxias entre el feminismo y el mundo trans de la cual se queja precisamente esta autora. Y tiene toda la razón. Leerla es un privilegio.

A menudo lloro las líneas, y hoy lloré bastante con pasajes de El viaje inútil. Pero hay motivos diferentes para el llanto, y no siempre provienen de la tristeza. En mi caso, lloré de la emoción al descubrir que la esencia misma de mi última novela sobre mi hermano mayor, que sigue figurando en mi imaginario como el eterno bebé robado de mi madre al nacer (inédita todavía), Camila la condensa en pocas frases. Qué magia tan arraigada la suya, y odio asumirlo sí: qué envidia. Podría ser una grandísima psicóloga, o bruja. Mejor dicho, ya lo es. Lean y comprueben: 

(Ahora no siempre cito la Editorial, paginado y todo el resto. Porque estoy harta de que me lleguen avisos de que no cumplo las normas y blablabla). Por eso la cita será breve. Nunca les viene bien nada. El libro ya lo dije, y la Editorial (por si las flies), La uÑa RoTa: 

Escribo para poder decir las imágenes que poblaron mi infancia. Los paisajes del campo donde comprendí que existía la tristeza, el momento en que tomé la tristeza de mi mamá y la volví mía, ese momento en que siendo muy niño decidí dolerme por la tristeza de mi mamá.

miércoles, 15 de enero de 2025

Cuadros del pintor húngaro LAMAR FRÍA a la venta


 

En esta etapa nueva de mi vida como marchanta de arte, os invito a adquirir algún cuadro de este magnífico pintor. Me interesó dicho trabajo de mediación entre sus cuadros y el mundo puesto que sus pinturas se caracterizan todas por una fuerza de color muy impactante, y unos trazos, situaciones, escenas... que tocan directamente en la sinapsis de quienes contemplamos. Y digo sinapsis, pero podría haber escrito también unión o conexión.

Sin duda, juega con elementos intrínsecos de alguna manera, y característicos de su Hungría natal, que ya he visto en otras y otros artistas visuales de allí (ese contraste entre colores hirvientes, casi infernales diría, y el blanco invernal que les habita en la mente,  aunque la mayoría resida lejos de su país), pero con el añadido personal de cercanías que provienen de estas geografías, puesto que reside desde hace algún tiempo en un pequeño pueblo extremeño. Cierto que hablo como mujer observadora, no muy experta en arte, pero eso no es necesario cuando toca el momento de mirar, de observar y de sentir un cuadro. Estoy escribiendo ahora en concreto sobre El estallido, (el que más me gusta de todos). Pienso que un buen cuadro es ante todo una pregunta inmensa, o una duda dolorosa, jamás una respuesta. Y yo, no dejo de preguntarme cuando miro, observo, y pienso en la chica desnuda que sostiene la camiseta manchada, (técnica mixta de tela de algodón original, por cierto, directamente pegada sobre el óleo), si esas manchas son de sangre...

Si te interesa o quieres adquirir alguna de sus obras, escríbeme a:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: 

rosannamoreda@gmail.com

martes, 31 de diciembre de 2024

Más que un fin de año

IMER

 

                        :::::::::::::::::: Un cumpleaños