jueves, 29 de diciembre de 2016

Antros del amor callado


Guaridas de no retorno
donde tiembla el tiempo entre los pliegos
cuántas veces deseé ser eso, simplemente el olor oculto
                                                   del libro usado

que rasguña capilares neuronales y sacude todas las papilas
allí dentro.  Allí al fondo.  Casi una cuestión de hormonas,
de onanismo incluso. Elevado a ese punto donde se estira
el grito no emitido, el del máximo placer.

El grito sordo que provoca el trueno del lenguaje condensado
en bacanal y eternidad

Cobijo de borrachos quisiera que fuerais también, librerías.
Para cuando, al levantar la cabeza de la hoja, comprobar
el sentido, la congruencia.

Y así, mientras deliro lo imposible y me hundo en vosotras, cuevas de tantos mundos, tan ostentosamente posibles,
acaricio la mancha, la marca, la fecha. La firma.

Esa vida que alguna vez amó este libro,
 y yo reviví.

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