sábado, 27 de abril de 2013

Para quien quiera votar a Negralluvia y compañía


Hace unos días, me pasaron el interesante dato de que había un concurso de blogs y allí caí.

Me hacen ilusión el premio y la aventura de jugar (aunque competir me siga pareciendo un tanto extraño...)

Como era de esperar, son muy poquitos votos los que tengo, pero se agradecen.  Si eres pez que de tanto en vez cae por aquí, y navegas en turbulencias...entra en esta cueva, hay troglobitas  (no confundir con trogloditas, que habelos hainos).
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martes, 23 de abril de 2013

Propuesta de Sílvia Font




Del post anterior 19/04

Esta vez la misma entrada del catalán al castellano, y solo recomendar encarecidamente a quien lea este post e interese, un magnífico análisis de lo que la Gestalt implica desde el lado filosófico y literario. Se trata de una de mis novelas preferidas, de todos los tiempos y épocas, una maravillosa obra más que humana: precisamente más que humano de Theodore Sturgeon.



La Terapia Gestalt trata de transmitir una actitud en la que son esenciales el aquí y el ahora, la conciencia y la responsabilidad poniendo atención en los niveles emocional, corporal y mental.




"Tomar conciencia, darse cuenta. Percibir. Esto es Gestalt". Barry Stevens.

Te acompaño en la creación de un espacio en el que atender aquello que te bloquea, por ejemplo un conflicto, una crisis personal, ansiedad, un proceso de duelo; conocer partes de ti negadas, ver automatismos aprendidos que quizá hacen de obstáculo en tu vida. Un espacio de reflexión, de mirarte a ti y a ti en relación con el entorno; al tu interior y dónde aprender a vivir más concientemente.

Inicio de un espacio terapéutico, de autoconocimiento y de encuentro contigo mismo/a y con los/las otras donde con el acompañamiento y la facilitación mediante la Terapia Gestalt, la palabra, la expresión artística, el trabajo con los sueños, las dinámicas corporales y de movimiento, la música, etc., podrás poner luz y trabajar aspectos que te bloquean o hacen de pequeños obstáculos en tu día a día.



A cargo de Sílvia Font (Terapeuta Gestalt, formada en psicoterapia integrativa por la Fundación Claudio naranjo, Antropóloga, Trabajadora Social. Con formación en Dinámica de Grupos y Terapia de Procesos).



Periodicidad: Quincenal (pendiente de confirmar). La fecha es aproximada.

La propuesta consistirá en encuentros quincenales para trabajar en grupo, en el que introduciremos los conceptos básicos de la Terapia Gestalt para empezar a trabajar aspectos como el contacto con un/a mismo/a y con los/las otros/as, los estilos a la hora de relacionarnos, el contacto con la propia necesidad, etc. También se dará espacio, en función del grupo y del tiempo, a aspectos que para las diferentes personas sean importantes. También reflexionaremos sobre la importancia del vínculo y de lo grupal.]



No hace falta un contacto previo con la Terapia Gestalt.

Para más información y contacto:

Sílvia Font - sfjansa@gmail.com - 687.950.798

Puedes encontrar también información Facebook: Sílvia Font Teràpia Gestalt, y compartirla con quien desees y pienses que le puede interesar.


Si por otra parte te apetece empezar un proceso terapéutico a nivel individual también puedes contactar a través de los mismos datos.
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viernes, 19 de abril de 2013

Espacio de Sílvia Font


En aquellos momentos que necesitamos algo más que una amiga o amigo para decir, confesar lo que resulta penoso incluso para nosotras mismas, se nos pasa por la cabeza ponernos en contacto con personas preparadas para escuchar y ayudar.  Pero no siempre estas personas nos brindan lo que necesitamos, y ahora me refiero a ese brillante "algo" que está más allá de la ayuda.
Porque no alcanza con tener una profesionalidad excelente, se han de cumplir otros requisitos: experiencia, madurez, inteligencia, nobleza, sencillez... y sobre todo no estancarse en los terrenos de la mente, que existen muchos otros.  Pues la mente sin el entorno, deja de ser, aunque no de existir.  Por ello recomiendo a mi amiga Sívia Font para estos espacios en que necesitamos compartir.  No solo porque además de terapeuta Gestalt es antropóloga (esencial casamiento) sino porque es también trabajadora social y lo más importante de todo: una maravillosa persona.

La Teràpia Gestalt tracta de transmetre una actitud en la que són essencials l'aquí i l'ara, la consciència i la responsabilitat posant atenció en els nivells emocional, corporal i mental. 
"Tomar conciencia, darse cuenta.  Percibir.  Esto es Gestalt".  Barry Stevens.
T'acompanyo en la creació d'un espai en el que atendre allò que et bloqueja, per exemple un conflicte, una crisi personal, ansietat, un procés de dol.  Conéixer parts de tu negades, veure automatismes apresos que potser fan d'obstacle en la teva vida.  Un espai de reflexió, de mirar-te a tu, i a tu en relació amb l'entorn; al teu interior i on aprendre a viure més conscientment. 

Inici d’un espai terapèutic, d’autoconeixement i de trobada amb tu mateix/a i amb els/les altres on amb l’acompanyament i la facilitació mitjançant la Teràpia Gestalt, la paraula, l’expressió artística, el treball amb els somnis, les dinàmiques corporals i de moviment, la música, etc., podràs posar llum i treballar aspectes que et bloquegen o fan de petits entrebancs en el teu dia a dia.

"(...) El crecimiento en términos gestálticos, es un proceso de auto-aceptación y auto-confianza (...)". Celedonio Castanedo.

A càrrec de Sílvia Font (Terapeuta Gestalt, formada en psicoteràpia integrativa per la Fundació Clàudio Naranjo, Antropòloga, Treballadora Social . Amb formació en Dinàmica de Grups i Teràpia de Processos)

Periodicitat: Quinzenal (pendent de confirmar). La data és aproximada.

La proposta consistirà en trobades quinzenals per treballar en grup, en el que introduirem els conceptes bàsics de la Teràpia Gestalt per començar a treballar aspectes com el contacte amb un/a mateix/a i amb els altres, els estils alhora de relacionar-nos, el contacte amb la pròpia necessitat, etc. També es donarà espai, en funció del grup i del temps a aspectes que per les diferents persones  siguin importants. També reflexionarem sobre la importància del vincle i de lo grupal.
No cal un contacte previ amb la Teràpia Gestalt.

Per més informació i contacte:
Sílvia Font - sfjansa@gmail.com - 687.950.798

Pots trobar la informació també al facebook: Sílvia Font Teràpia Gestalt, i compartir-la amb qui et vingui de gust i pensis que li pot interessar.

Si per altra banda tens ganes de començar un procés terapèutic a nivell individual també pots contactar a través de les mateixes dades. 



jueves, 11 de abril de 2013

El retorno a las agujas









Una mesa redonda se hacía más pequeña a veces,
a la hora de comer… poligeométrica como por arte de magia.
Crecí admirando esta mesa. Veía el suelo cerca de mí:
manchas negras sobre granito blanco o verde, los suelos
de aquellos años. Imaginaba formas en aquellas baldosas,
las manchas eran habitantes que me hubiera gustado conocer.
Ahora, en otro viaje a este
destino, donde para entrar hay que tener coraje y romper
una cáscara blanca; todo comenzó a repetirse, sabiendo que llegaba.

Me hablaron de la suciedad,
mirándome con miedo,
como si yo no supiera que interrumpe mis sueños
desde aquel entonces, intentando evitar que los objetos
estén donde estén,
su inercia, su frescor.
Y odio el no haber abierto la boca para decir que había otras cosas,
que eso, por decir algo,
fue un mal menor en medio de una calma
extraña, en medio de las ropas que aún están por crearse.

Este pueblo es lo mismo; la yema que nunca espera hacerse.
Compruebo que
un universo permanece intacto y protegido de tanto en tanto…
cuando logro romper la cáscara. Elsa sigue cosiendo, uniendo unas
almas con otras, unas penas con compañeras que ella elige,
unos momentos con instantes que saca de aquí y de
allá. Nos hace reír.
Sus hilos son las emociones
que ha logrado extirpar
de unos cuerpos ignorantes hasta entonces de este existir.
Pero nada cose
hasta que yo no hilvane sus ideas.
Siempre ha sido así. Necesita un apoyo que en el momento crucial no obtuvo.
Cuando las lechuzas dejaban de lamentarse por las almas solas,
Elsa se sacaba el dedal.
Veo colores que me animan como los olores que más me estremecen,
los más picantes y nuevos,
a veces plásticos; (mis drogas de niña)
son las telas que cubrían mis manos pequeñas
cuando
dibujaba
y comía, cuando estudiaba y lloraba,
cuando dormía.

Muy a menudo me lamento porque ella ya no está,
pero también me río,
porque ahora como amazona que sabe de su justicia,
está más que yo en su libertad.
Terca como soy, sólo cuando algunos pensamientos rebotan
en mí porque la cabeza suele irse con frecuencia a otros rumbos,
Elsa me machaca con su máquina de coser,
porque ahora es aire y no habla
y aplica los instrumentos de tortura de su arte (como alfileres que se iban con la
comida)
cuando es necesario que yo la tenga clara, sólo para reconocer que
algo se activará. Quizás desde su nueva visión,
disponga de las herramientas para encontrarnos un refugio, para
mejorar esta especie,
para redimirla.

Así es como ha bajado un ser bueno puede que desde alguna dimensión
que me acompaña otra vez con las costuras
que tanto añoraba. Otra vez me rodean las texturas
y los colores brillantes,
las reglas y las tizas suaves que marcaban papeles crujientes
que besaba cuando era una enana.
La bovinas de hilo enormes son ofrendas de Elsa desde el hiperespacio,
distingo sus triquiñuelas para hacerme llegar su confianza y su calma.
Son ardides para mi locura.
En tiempos en que se habla de Universos paralelos
- donde la información cumple deseos que todavía no aparecen-
(así como una golosina que se pasea por el aire insistente
ante el empacho de un gigante),
que broten seres que te recuerdan a otros seres, es un regalo de esperar.
Cortan y pliegan, hacen y deshacen.

Cuando me coloco las alas y atravieso
aquellas montañas -matronas turgentes separadoras de mundos-
las sigo viendo sonriéndome entre las nubes.

El pueblo me atrapa y lo saben, pero me dejan caer en él.
Es un remedio ante la perdición de no saber qué hacer
cuando se pisa y se vive en el laberinto.
De tanto en tanto amarro la cuerda del bote para no irme del todo,
entonces vuelven
a aparecer los rostros envejecidos
pero que siguen siendo rostros de niños,
los sabores intactos,
los llantos,
las ortigas y el olor a lluvia reciente, el caldo… la bosta.
Pero no me retienen porque al irme dejé de jugar.

Como un percebe aferrado para siempre a su roca,
lo vivido se aferra a su origen.
Cuando, tras la búsqueda inquieta del origen,
vemos que sólo habita en la mente,
se inician otras búsquedas
a las que precipitadamente dispondremos de un sentido
y entonces

Pica, pica la piel.

Durante años busqué a mis amigas con obsesión,
siempre con la imaginación.
Niñas- viejas dispensadoras de aventuras- recuerdos
almacenados durante años en el rellano de una casa que ya nadie reclama.
Sólo yo. En el pueblo todos cumplen su papel.
Sus saludos mutuos son defensas, fuentes de calor dentro del huevo.
Y si vas, no encontrarás aquella playa
pequeña… repleta de algas secas y resecas al sol;
/olor indómito que dejó una cruz en mi corteza cerebral/,

pero la misma espuma de mar transmigrada en su mismo elemento,
te azotará la espalda de por vida,
mientras las bandas de gaviotas alborotadas
te gritarán desde arriba que eres una ilusa que busca lo innombrable,
pero respiro porque el alivio es que nunca te echarán de este,
su escenario-espiral.
Sé que en sus cofres, además de honores náufragos,
guardan la receta de esta tranquilidad que nunca llegará a mí.
Poco a poco (…) con la calma…
aprendiendo a valorar estos reencuentros,
la paz de aplacar angustias en lo posible;
el retorno.

Por eso dejo que Elsa desde ultratumba maniobre mi vida,
llevándome en ciertas instancias a su vera sólo para que vea
qué me depara el fluir de mis años,
y sigo adelante
admirando las coincidencias ingentes
que con humor matriarcal pone en mi camino.
Encuentro los objetos que perdí, objetos que ella todavía custodia
y respondo con un guiño a su guiño.
Estas son las formas de reparar tantos daños, son las formas de unión
entre los vivos y los muertos,
y entiendo que no lo creas,
pero dime qué piensas cuando el cuervo regresa al hombro de su amigo un día…
dime qué piensas.
Y hay esta criatura, que también existe y no existe.
Lanza rayos de alegría aliviándome la piel.
Elsa y ella son de la misma raza. Cosen y cosen,
uniendo con hilos fuertes lo que sirve,
las pocas cosas que merecen la pena de verdad,
como si fabricaran vida,
manteniendo la primera ese lenguaje hecho de luz
que la segunda esconde como el tesoro más valioso
que hubo alguna vez, protegido en un nido justo debajo de su
flequillo.

Publicado en Poeginia, Barcelona,


sábado, 6 de abril de 2013

BASTA tráfico humano BASTA



Querido hermano:

Es la primera carta que te escribo, y la primera en importancia junto a la que le escribí a Ester Quintana, difundida por las activistas del Aleteo des-equilibrado: Altre lloc Contrabanda  a quienes tenía pendientes agradecerles el increíble gesto de hacerle llegar mis palabras a Ester.  Pese a que me enteré en el 2006 de tu existencia, no ha sido hasta hoy que reuní las fuerzas necesarias para escribirte estas líneas. Si hablo de fuerzas, es porque en este mundo en que vivimos, al que no elegimos venir, se nos hace caer en la trampa diaria de que la queja, la crítica, y todo lo relacionado con el necesario y poderoso concepto de no complacencia hacia determinados asuntos; son inadmisibles. 

Esta inadmisibilidad tiene diferentes grados: desde el Estado, toma la forma de tortura, desde la Escuela de suspenso, desde el Trabajo de despido, desde la sociedad de censura, y desde la gente cercana (que suponemos debería estar de nuestro lado) de un extraño apartheid donde la acusación recae en considerar que el dolor que generan los crímenes e injusticias, es dañino, que tu reacción es en realidad producto del ego. El poder tiene muchos rostros, e incluso desde el rostro de la supuesta "ayuda", hay esa capa de autosuficiencia y desprecio que pretende no sólo que olvides el delito, sino, lo que es más fuerte, que renuncies a la solución, la única  esperanza de las víctimas del genocidio tanto simbólico como real.  Pero cierto es, que todavía unas cuantas personas, desde el "yo" inevitable de enfrentarse a la búsqueda de justicia, seguimos adelante.  El ego malherido, pese al abandono de tantísimos otros que podrían cooperar, pero prefieren detenerse en las miserables minucias del día a día, avanza a pasos de tortuga.

Ni siquiera sé si continúas con vida.  Naciste en septiembre de 1955, en el Barrio de la Unión de Montevideo, Uruguay.  A menudo me hago infinitas preguntas sobre ti.  ¿Te parecerás físicamente a nuestra madre? ¿Te gustará tanto cocinar como a ella? ¿Cómo habrá sido el momento fatídico de la separación justo después del parto? Me refiero a ese momento, que tantísimas madres consideran sin dudas el mejor de sus vidas. Sin  embargo, desde que el tráfico de bebés existe, para las que sufren la tragedia en primera persona, ha de ser el peor.  Pensemos en ese gran número de mujeres que no son dueñas de su propio embarazo, ni de su propio parto.  ¿En qué rinconcito del Uruguay vivirás si es que vives en este país? ¿Tendrás hijas, lo cual equivale a "yo tendré sobrinas o sobrinos"?  Pero sobre todo me pregunto si tendrás conocimiento de tu adopción, y de ser así;  si eres una de esas personas que, sabiéndose adoptadas, se alían con firmeza al verbo "saber" sin odiar a madres o padres biológicos como premisa de la búsqueda.  Si por otra parte, eres mínimamente competente en la necesaria magia de las redes sociales, las posibilidades de que en algún momento  nos encontremos son amplias.  El año pasado, gracias a Luis Verdina, de la agrupación ¿Quiénes somos? la más potente en Latinoamérica, que lucha por el derecho a obtener información de las personas que no conocen su identidad biológica, así como contra el tráfico humano, el tercer delito más significativo mundial luego del tráfico de drogas y armas; pude publicar mi primer aviso de tu búsqueda con foto incluida. 
Lo más importante de todo es pedirte que no tengas sentimientos de odio hacia nuestra madre, pues ella no te entregó, y te aseguro que el no haberte conocido como hijo propio fue la mayor tragedia de su vida, por lejos.  Su secreto fue su cuchillo, un cuchillo más afilado que el cáncer que acabó con su vida.
 
Por último, me queda agradecer por enésima vez a todo el equipo de esta imprescindible agrupación argentina, por la ayuda que me han brindado y me continúan brindando para que algún día te encuentre y te diga todo esto en persona.  Ayuda que se me brindó a mí y a tantos miles de víctimas y familiares de víctimas del tráfico humano, teniendo en cuenta que trabajan sin ningún tipo de colaboración de un Estado cómplice de innumerables delitos. Publicando mi aviso de búsqueda, ya está buena parte del camino realizado.  Ahora falta que tú te pongas en  contacto, que sientas esa necesidad vital con la misma intensidad que la siento yo.  Como escritora absolutamente periférica, cero mediática, cero retribuida y valorada, lo cual es suerte pero también desgracia; el hecho de buscarte ha consolidado la elaboración de un proyecto de alcance muy valioso.  En el metamórfico e infravalorado proceso de hacerme mayor, te confieso que es una ventaja afirmar que a estas alturas no tengo nada que perder, y en lo que respecta al pudor de hacer esta carta completamente pública; ya hace tiempo que dejé a este pesado señor por el camino.  Porque la intervención para mejorar la realidad, (por más mínima que esta sea) y el pudor son como el agua y el aceite.   Por ello, vuelvo a decir que aprovecho esta carta que te escribo, para pedir la colaboración de hombres uruguayos o argentinos adoptados que hayan nacido en la década del 50, así como de mujeres también de estos países, nacidas en la década del 30, que hayan sido víctimas del abuso sexual; para realizarles entrevistas con motivo de la novela que estoy escribiendo sobre mi caso. 

Las mismas serán, está de más decirlo, estrictamente confidenciales, y trataré el asunto con la máxima delicadeza y respeto que ambos sucesos merecen.  Y por supuesto, con todo el amor, esto siempre...
del mundo.

Finalizo este manuscrito digital con las iluminadas palabras de Gabriel Celaya: La poesía es un arma cargada de futuro donde ya está todo dicho.



Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,


mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,

fieramente existiendo, ciegamente afirmado,

como un pulso que golpea las tinieblas,



cuando se miran de frente

los vertiginosos ojos claros de la muerte,

se dicen las verdades:

las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.



Se dicen los poemas

que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,

piden ser, piden ritmo,

piden ley para aquello que sienten excesivo.



Con la velocidad del instinto,

con el rayo del prodigio,

como mágica evidencia, lo real se nos convierte

en lo idéntico a sí mismo.



Poesía para el pobre, poesía necesaria

como el pan de cada día,

como el aire que exigimos trece veces por minuto,

para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.



Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan

decir que somos quien somos,

nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.

Estamos tocando el fondo.



Maldigo la poesía concebida como un lujo

cultural por los neutrales

que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.

Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.



Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren

y canto respirando.

Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas

personales, me ensancho.



Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,

y calculo por eso con técnica qué puedo.

Me siento un ingeniero del verso y un obrero

que trabaja con otros a España en sus aceros.



Tal es mi poesía: poesía-herramienta

a la vez que latido de lo unánime y ciego.

Tal es, arma cargada de futuro expansivo

con que te apunto al pecho.



No es una poesía gota a gota pensada.

No es un bello producto. No es un fruto perfecto.

Es algo como el aire que todos respiramos

y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.



Son palabras que todos repetimos sintiendo

como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.

Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.

Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.




                                                            Tu hermana, por siempre
                                          Rosanna Moreda