viernes, 30 de septiembre de 2016

Look for him


Look for him a thousand times, turn around, he is standing
alone below the hazy light.

                                                                   Xi Qi Yi, ninth century

martes, 27 de septiembre de 2016

Microbipolaridades

El olvido y la
descompensación radical
del sinónimo
 
sémola que cae, pasiva, cómplice
y produce grumos definitivos de odio
 
 

miércoles, 21 de septiembre de 2016

My name is



Un nombre
 
es la única prueba eterna
del azar
 
 
 
 


jueves, 15 de septiembre de 2016

Minuto después y mientras


Minuto después y mientras


Débil .. la noche de mi vida
dios abre quieto la mano .. disparan los cañones
 luna comida en mal estado
no pudo soportar la paliza y asomó al ritual
ya muy pendiente
de la cruzada del momento poco visible
parlantes, almas, testigos .. prometen al culpable
un fuego alto sobre el campo y sus negros mares
en ningún lado, el espejo .. ha sembrado solamente terror
entre la espalda y la pared
a punto de desentrañar el secreto
cólera, y dijes que elevarán algodón y seda entreverada
luminoso borde del precipicio
caigo sin remedio por el hueco de un elevador pesadillesco
Oh, eternidad! nunca he podido nombrarte sin sentir
la vaga impresión de la mentira
cayendo al abismo sin palabras .. deliro
respiraciones y gemidos
el fantasma canta con voz de muerte
los coros infernales, siempre demasiado siniestros
cuerpo sin alma .. como una tumba
 todo infinitamente cae
revolcándose en la maldición de su escenario
los príncipes dirían; tinieblas!
yo en cambio, busco callada mi destino
dicho ..y qué?  .. bah, nada
no existen horas ni días ni meses
olvidos de la imagen y la semejanza
de sentir el cuero de la primera fruta
alimentó mis primeras fantasías
las violaciones de mi cuerpo
nos esconderemos de los mandriles de la emoción
podemos matar a un hombre
siempre y cuando los cerrojos estén echados por dentro
esta vez, tal vez .. no vine a robar joyas
vine por secretos mucho más valiosos
retiro lo dicho, no creo en la apariencia
sólo un idiota entraría aquí
Ilustración y poema: Jeanne Sosa

martes, 6 de septiembre de 2016

In media res



Cuando te llegue esa edad
curiosa, detenida en la avena
que pensarás durante horas si hervir o no hervir
porque tendrás mucho tiempo para hacerlo
                                     
                         mucho

La edad en que Borges acribilló con lamentos al poema

yo diría que sí, el refrán no suele errarla, y ya será tarde.

Y también dudarás (tus ojos afásicos recuperarán entonces un no sé bien qué)  
en alguno de esos momentos lentos, elásticos
hasta la locura,

si en el pasado, en tu pasado
qué pasaría
cómo sería ahora tu vida
si hubieras vendido

por un solo día tu cuerpo



sábado, 3 de septiembre de 2016

El adiós

Fiesta de las linternas,  Shanghái



El adiós

La sentencia era como esos calcos en que el relieve del amor
                                                                      deja un vacío semejante a sus culpas.
Me arrojaron al mundo en mi ataúd de hielo.
Una tierra sin nombre todavía corrió sobre este rostro
                                                                      con que habito en la desconocida:
era la tierra del castigo.
Era la hora en que comienzo a despertar entre los muertos
                                                                      con la evidencia de un anillo roto,
un vestido de momia desprendido de las vendas del cielo
y un espejo de sal donde puede leerse mi destino.
El porvenir no es nada más que mirar hacia atrás.

Debajo de esas nubes desgarradas
hay una casa en llamas
en donde los amantes trasmutaban en oro de eternidad el resplandor de un día,
o tomaban las apariencias de ladrones de pájaros
aprisionando entre los hilos del ocio las metamorfosis de sus propias imágenes.
Hay una luz dorada que hiere hasta las lágrimas;
hay un lecho también
como una barca invadida por el follaje del deseo
-unas hojas carnosas que exhalan el perfume de los más largos viajes-.

Y había siempre y nunca
como ahora vueltos de pronto boca abajo.
Corazón repudiado,
animal aterido en uno de los dos costados de tu sangre,
ignorabas entonces que tendrías la forma de un retablo de la creación hecho pedazos,
que alguna vez la noche del adiós te nombraría en voz muy baja
como nombra la soledad a sus testigos,
o como llaman aquellos que se van a los que nunca vuelven.

Ahora, de espaldas contra el muro que custodia el guardián de todo nacimiento,
sólo te quedan las apariciones,
el fantasma de un tiempo que gritará contigo en el estanque muerto de algún sueño,
cuando él duerme, tan lejos en su adiós.
Un soborno de plumas para una ley de fuego.


Olga Orozco