miércoles, 14 de agosto de 2013

Aprendiendo a no callar

Mónica Stanciu


Una mujer desnuda de Lola Beccaria es un libro necesario para aquellas que nos interesa bucear en el inmenso mar de lo no dicho acerca de la sexualidad femenina.  A medida que avanzamos en la lectura, las páginas bailan y el corazón se lanza, pues en este texto está escrito gran parte de lo que no se habla.

Los fantasmas sobre viejos tabúes se agolpan en la niebla densa, mezclándose en ella, para luego liberarse.  La sexualidad infantil femenina es uno de estos fantasmas. Hacían falta autoras que cavaran más allá del fondo, ignorando en el camino, barreras inventadas como la del pudor; convirtiendo la revancha en un propósito de hablar, de hablar sin parar sobre lo que nos pertenece por completo: nuestros cuerpos.

No obstante, un heteronormativismo evidente es lo único que podría ser reprochable en su historia.  Continúan faltando textos desde donde emergan sexualidades tan únicas como personas somos en esta aventura.  Con la misma calma, idéntico desparpajo, pasión por el detalle y sobre todo capacidad de lograr que la memoria y el pecado se inclinen en eterna reverencia ante palabras primerizas.

"No quiero callar esto,
porque los silencios
a veces son cuchillos
con los que matamos
a los que más queremos.
Porque a veces callar
es un crimen infame".

Lola Beccaria: Una mujer desnuda, Barcelona, Anagrama, 2004, p.67.


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