jueves, 31 de diciembre de 2015

Nueva entrada...

Fumico Azuma

en un año incierto, que al menos solo carga un seis.  En unas pocas horas.  Derribando muros.  Aunque se nos vaya en ello nuestro mejor calzado.

martes, 29 de diciembre de 2015

De rimas y olvidos

By Andrea Latorre
Patriota rima con... idiota.

                                         (Y lo dijo ¿quién?)

domingo, 27 de diciembre de 2015

Era domingo



-Era domingo y mi hermana preparó la cena.  Había gallina.  Preparó la molleja cuidadosamente y la guardó en una vasija.  Vino el gato y se la comió. El marido regresó y preguntó: ¿Y la molleja? Ella se lo contó.  Fue inútil.  El hombre lo consideró una falta de respeto y la golpeó brutalmente.  Vuelve a casa de tu madre para que te eduque, le dijo.  ¡Ahora! Ella estaba tan afligida que perdió la noción del peligro y se puso en marcha en el silencio de la noche.  Eran cerca de diez kilómetros hasta el hogar paterno. Cayó en las garras de un leopardo en la sabana lejana.  Murió en la flor de la vida por culpa de una idiotez.  Murió ella y vivió el gato.

Las lágrimas de mi madre brillan al sol como cristales y reflejan los colores del arco iris.  En el pecho de mi madre hay un puñal de plata con manchas de sangre.  Un volcán eterno. Todo por culpa de una molleja de gallina, un simple recolector de granos de arena.  Una insignificante musculatura dentro de un ave.  Que no llena ni la palma de la mano.  Que no mata el hambre ni de un gato.

La historia me penetra como si fuera mi propia historia...

Paulina Chiziane: Niketche, una historia de poligamia, trad. Pere Comellas, Barcelona, El Cobre Ediciones,2004, p.105.

jueves, 24 de diciembre de 2015

¿Y qué había?



Tampoco había gran cosa en los mercados.
Todo se vendía a los otros.
El pescado, las gambas, los cangrejos, las langostas, el cacao, el café, las habichuelas, el ananá, la carne, y nosotros comíamos plástico.

El agua estaba en plástico.
La leche estaba en plástico.
La harina, en plástico.
El vinagre, en plástico.
El azúcar, en plástico.
La pimienta, en plástico.

Y así se ponía en marcha la maquinaria.
Los niños hambrientos salían a la calle y, cuando el vientre estaba vacío, los oídos ya no escuchaban nada.

Buenos días, delincuencia.

Ken Bugul, La locura y la muerte, trad. Manuel Serrat, Barcelona, El Cobre ediciones, 2003, p.264.

lunes, 21 de diciembre de 2015

El dolor impone

Ordes



El dolor impone una pérdida con una misma,
                                     es como una
pequeña muerte,
en el núcleo vital del sujeto.
 



lunes, 14 de diciembre de 2015

Buscando a papá




Podría haberse dormido en plena clase como tantas otras veces, pues era evidente que estaba cansada.  Sin embargo, aquella mañana no se durmió.  Tampoco apoyó su cabeza, ni por un momento, en el hombro de su compañera.

Recuerdo que era un aula pequeña, y los inviernos se soportaban bien. Por más que los vidrios de las ventanas eran finos, y podía verse al frío con claridad, romperse las narices contra ellos para poder entrar.  Sería por el té tibio con leche recién salido de la máquina, o por las bolsas portables de agua caliente, que de solo verlas, ya venía el calor.

La gramática, aquella mañana, se negó a razonar.
Me di cuenta porque tosían.  Era polvo blanco lo que salía de sus bocas.  El polvo blanco de las tizas que no estaban en su sitio.  Fue como el susurro de una lengua hinchada.  Grave, pesado.

Y se hizo de golpe, un ovillo gigante de alambre, en el aire.

Dicen que cuando esto pasa, la mejor cura es el silencio.
Pero yo pregunté.  Le pregunté:

Zheng, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?

No mucho.  Ayer dormí muy poco.

(                                  )

Acompañé a mi madre.  Fuimos de hotel en hotel a buscar a mi padre...que estaba con su amante.


sábado, 5 de diciembre de 2015

¿Mi casa?



Esta casa  ¿de quién es?
¿De quién es la noche que impide que entre la luz?

Di, ¿a quién pertenece esta casa?
Mía no es.
Yo soñé otra, más acogedora, más luminosa,
con vistas a lagos que surcan barcos pintados,
a anchos campos abiertos ante mí como brazos.
Es extraña esta casa.
Sus sombras mienten.
Di, contesta, ¿por qué entra mi llave en la cerradura?

                                                Toni Morrison

jueves, 19 de noviembre de 2015

Escritura que acaricia




Sabía cómo encontrar lápiz y papel para escribir otra carta a su hermano.  Intuía, sin saber por qué, que disponía de más tiempo y encontró de repente cierto parecido entre la escritura y las caricias, entre las palabras y el afecto, entre la memoria y la complicidad.

Alberto Méndez     Los girasoles ciegos

sábado, 31 de octubre de 2015

Taurofóbica


en tradición sangrienta y taurofílica en pasión animal.
O la deseada extinción del toreo por la insurgencia del toro.

Madrid is dead...   Spain is dead...

jueves, 29 de octubre de 2015

Superar exige asumir

Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido.  En el caso de una tragedia requiere, inexcusablemente, la labor del duelo, que es del todo independiente de que haya o no reconciliación y perdón. En España no se ha cumplido con  el duelo, que es, entre otras cosas, el reconocimiento público de que algo es trágico y, sobre todo, de que es irreparable. Por el contrario, se festeja una vez y otra, en la relativa normalidad adquirida, la confusión entre el que algo sea ya materia de historia y el que no lo sea aún, y en cierto modo para siempre, de vida y ausencia de vida.  El duelo no es ni siquiera cuestión de recuerdo: no corresponde al momento en que uno recuerda a un muerto, un recuerdo que puede ser doloroso o consolador, sino a aquel en que se patentiza su ausencia definitiva. Es hacer nuestra la existencia de un vacío.

                    Carlos Piera

domingo, 25 de octubre de 2015

Nuevos contornos para la vieja patología



La mofa, que se desliza suave, ligeramente...
y se come de un solo bocado tu ser anacrónico.

O la tabla de surf colgada, intacta, 
en la casa de arena que nunca vio el agua.

La última ONG adquirida por Nestlé...

Pero entonces siempre aparece el que saca su cabeza de la col
mientras sonríe con risa quemada
 y todavía tiene esperanza.
Dice que las causas jamás serán vendidas
 y aguanta con valor el estornudo del insecticida.

Y claro que cerrarás con fuerza los ojos cuando las parejas
 de chico y chica avancen,
como zombis
que hace mucho vomitaron la bilis
de sus últimos sueños
dejando la baba impregnada en el camino, 
como huella del punk que perdieron para siempre.

Para siempre.

Mirarán atrás, porque es su prole.
Una prole inmensa la que lentamente, también...avanza.

domingo, 18 de octubre de 2015

La verdad que te busca

Pontevedra




Ese rostro, ese cuerpo de pie frente a él
lo fue todo en momentos tan sólidos como
las agujas del reloj cuando de repente se paran. 
Aunque en su vida había visto a aquella mujer
tan parecida a sí mismo,
sus ojos le decían que sabía a quién buscaba.
 Que ese alguien era la madre de ella
                              y la madre de él
Que había muerto.

El hombre entonces sintió que la verdad antigua
se consumía, pero que algo muy poderoso
brotaba de las cenizas brillantes. 
 Algo increíblemente cercano,
que ahora ocupaba su lugar.

lunes, 12 de octubre de 2015

Correr, correr



Y entonces comprendes también la mueca de tus amigos que han emigrado, que vuelven de Milán o de Padua y no saben en qué te has convertido.
Te miran de arriba abajo para tratar de calcular tu peso específico e intuir si eres un chiachiello, una calamidad, o un bbuono, un hombre de recursos.  Un fracaso o un camorrista.  Y ante la bifurcación de los caminos, sabes cuál estás recorriendo y no ves nada bueno al final del recorrido.

Volví a casa, pero fui incapaz de estarme quieto.  Bajé y me puse a correr, deprisa, cada vez más deprisa, las rodillas se torcían, los talones golpeteaban los glúteos, los brazos parecían descoyuntados y se agitaban como los de una marioneta.  Correr, correr, seguir corriendo.  El corazón se desbocaba, en la boca la saliva anegaba la lengua e inundaba los dientes.  Notaba que la sangre hinchaba la carótida, reposaba en el pecho; estaba sin aliento, aspiré por la nariz todo el aire posible y lo expulsé inmediatamente como un toro.  Eché de nuevo a correr, con los ojos cerrados, con la sensación de tener las manos heladas y la cara ardiendo.  Me parecía que toda aquella sangre vista en el suelo, perdida como un grifo pasado de rosca, la había recuperado yo, la sentía en mi cuerpo.

Por fin llegué al mar.  Salté a las rocas, la oscuridad estaba impregnada de neblina, no se veían ni los faros de las embarcaciones que navegan por el golfo.  El mar se encrespaba, empezaron a levantarse algunas olas, parecían no querer tocar el cieno del rompiente, pero tampoco volvían al remolino lejano de alta mar.  Permanecen inmóviles en el vaivén del agua, resisten obstinadas en una imposible fijeza agarrándose a su cresta de espuma. Paradas, sin saber dónde el mar todavía es mar...



miércoles, 7 de octubre de 2015

La mujer de la blusa blanca

Andrea Latorre
Era una formidable araña de hierro que llegaba hasta el techo.

No era amenazante, era soberana.

Era grande y sin embargo ligera.


Recuerdo una sensación de placer al sentir la seguridad con la que un puñado de barras viejas y un artefacto para mezclar cemento, mediante unos puntos de soldadura se habían transformado en un figura de irreductible presencia: la araña.

En realidad, no sería capaz de recordar con certeza los detalles, sólo sé que daba lugar - mucho lugar - al hecho araña.

¿Por qué la gente tiene manía a las arañas?

Son hermosas.  A veces veo alguna diminuta de color arena recorrer una almohada o encuentro una de patas largas en la travesía de un chal o las sorprendo que no saben salir de la bañera. Las saco y llevo a la ventana.

¡Tejed, tejed hermanas!

Aracne, la que teje, la del hilo largo...                               Eva Lootz

miércoles, 30 de septiembre de 2015

La marcha más deseada

Por lejos... tacho los días en el calendario. 

sábado, 26 de septiembre de 2015

Quizá Jing Di

  Fernando García Domingo

 
No recuerdo si aquella tarde hacía calor, aunque muy probablemente lo hiciera.  Apuesto a que sentías el mismo bochorno, acentuado cuando se camina durante largo rato, agotada luego del trabajo y a paso rápido.  Un cruce temerario, más de una bicicleta eléctrica y una mirada ardiente, ávida, en el punto exacto donde todas las intersecciones, luego de encontrarse, chocan, provocan el desastre;  desapareciendo para siempre tras fulminarse.
 
Ya nadie queda que pueda considerarse testigo.  Ni una solo foto, ni una mejor amiga a la que contarle todo.  Nadie.
 
Me miraste en aquel cruce, y yo sentí que probablemente, en otra vida, en otras circunstancias, ahondaría en esa mirada.  Un tipo de sensualidad de la que siempre huí. El miedo de adentrarse en la semejanza, de ceder a atracciones que no dejan de ser propias...puede ser.
 
Resultaste ser mi vecina, pues compartíamos rascacielos en el old Zhabei.  Profesora de gimnasia.  Móvil en mano.  Cabeza rapada y prisas por establecer contacto.
 
En el ascensor, solo una pregunta, repetida y en un desecado inglés, ocupaba el espacio, lo llenaba todo, nuestros cuerpos no importaban.
 
Tú número
 
Tú número
 
¿Cuál es tu número?
 
 
Ya en casa, el esperado mensaje, la cena que se veía venir y que nunca se concretó.  El encuentro que nunca se concretó.
 
Tu sexo por mi soledad.  No hubo acuerdo contigo, y tu nombre, probablemente... Jing Di.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

domingo, 20 de septiembre de 2015

Hay una casa que lleva su nombre



En este momento,
en el lugar preciso en que usted se encuentra,
hay una casa que lleva su nombre.

Usted es el único propietario,
pero hace mucho tiempo
que ha perdido las llaves.

Por eso permanece fuera,
y no conoce más que la fachada.
No vive en ella.

Esa casa, albergue de sus deseos más enterrados,
más rechazados,               es su cuerpo.

                                                    Bertherante

jueves, 10 de septiembre de 2015

Stronger than...




El amor es fuerte como la muerte  
 

lunes, 7 de septiembre de 2015

El lenguaje interior


El lenguaje interior
no es más auténtico
que el lenguaje en voz alta;
éste nos protege de los demás,
y aquel de nosotros mismos.

                                                             André Maurois

martes, 25 de agosto de 2015

Ante mi crepúsculo


Cuánta poesía escondida...
Y el placer de abrir un poco la cortina.
O de llegar, luego de retirar con lentitud capa tras capa;
al corazón de la alcachofa.

Desde Uruguay, Jeanne Sosa:


ante mi crepúsculo
ante mi crepúsculo la peste es un hilo
la muerte ..un precipicio argénteo
.. el tiempo transparente
en mi corazón entré ayer
palidecida carne de reina venecia
ante mi crepúsculo seré floresta sorda
perpetua elegante cera filosófica
estrella del infierno ..desnuda roseta
circular ..inimitable flor de antaño
vuelta a las minúsculas tristezas
                                                                 Jeanne Sosa

miércoles, 19 de agosto de 2015

El séptimo mes

   El Séptimo Mes, de fieros vientos y chaparrones fuertes, hace casi frío y no me molesto en cargar un abanico.  Entonces, me gusta dormir una siesta cubriéndome con ropas que tengan un tenue olor a transpiración.


Erico Odaka
Sei Shōnagon

lunes, 10 de agosto de 2015

Uniones fascinantes




Pienso en la inefable relación entre el arte y la política
y cómo a veces
simplemente
no tenemos el lujo
para separarlos

                                                      Coco Fusco

jueves, 30 de julio de 2015

Empresa familiar





Las partículas conspiran, permanecen en  órbita de algo inalterable, aseguran la perpetuidad de lo terrible.  Se encargan, como los aguaciles más abyectos, de convertir a la presa en cazadora.

La familia prepara sus pócimas en jardines de invierno.  Cuchichea y maldice cuando un frasco equivocado es abierto.  El número y la alianza alimentan su poder.  Pese a diferencias en edad, grosor y altura, conservan los rasgos informes de generaciones endogámicas, perpetuadas maquinalmente hasta el fin de los tiempos.  En formoles de apariencia y tortitas de huesos tiernos. 

Si lo que buscas es un cuerpo y te lamentas porque la respuesta es el vacío de los hielos, la familia te lo hará pagar caro.  Como si tú fueras la única culpable.  Dirán que te frenes en tu lento andar.  Dirán que al atreverte a abrir la boca para gritar "yo busco", tu ego es tu único asesino.  La familia arruga y besa adentro mientras da la espalda con orgullo.  El vendaval trae lluvias negras de otros tiempos.  Una lluvia que arrasa y ríe.  Es pulpa de cenizas lo que esa lluvia lanza y no agua.  Extrañas maneras de estos cuerpos que forcejean con furia al no haber sido hallados.

Y mientras la familia se aferra a la cabaña como un viejo roble a su tierra, tapándose ojos, oídos y boca.  Cuando la tormenta se disipa, no está ya la familia.  Solo queda el olor pútrido del frasco abierto.  Y la mueca fatal de la vergüenza interpelada.


martes, 21 de julio de 2015

Empatía profunda




¿Te hubieras lanzado al abismo, allí donde el único imperio es venal,

                       allí, donde las carnes internas vibran y succionan todo lo que era sólido

mientras me hablabas de tu sueño más reciente: aquel galgo verde a juego con libros también verdes y brillantes...

te hubieras lanzado a ese abismo, te pregunto


que no quiero llamar mío, porque sería también tuyo si quisieras... solo por un segundo, un triste segundo vendido? 

viernes, 10 de julio de 2015

Escritura creativa en formato taller. Este verano en A Coruña.


Continuamos, sí, continuamos...

Desde aquel primer esbozo de palabras leídas, a ritmo de café y luarquesas a fines del año 2013.  La sensación en la boca de haberlo saboreado y dicho todo.

(De) construyendo sentimientos, ideas, frases a lápiz, apuntes iluminados en el móvil, haikus en flor y más.  Aquí, como siempre, en nuestro pequeño taller nómada de escritura creativa.  En la ciudad preferida de las gaviotas argénteas.

Si quieres formar parte de esta diminuta multitud escríbeme   a    romoreda@hotmail.com

viernes, 26 de junio de 2015

Ni que fuera por un Oden



No solía comer con mis compañeras de trabajo.  Ellas acostumbraban a quedarse, mientras que yo era más de salir fuera a tomar un poco el aire.  Esos restos de aire fresco que todavía se jacta el smog de regalarnos y que tanto se valoran cuando se trabaja bastante, metida en uno u otro rascacielos.  Pero me fascinaba comer con ellas, aunque fuera a horas excesivamente tempranas.  Abrían sus tuppers con deleite orgulloso y casi cada día descubría una delicia nueva.  Pak chois salteados de las maneras más suculentas, con diferentes salsas, tortitas rellenas de unas verduras amargas y crujientes que en Galicia descubrí se llaman xenos, pero que nunca pude aprender su nombre en mandarín.  Aquellas tortitas, compradas en la calle a precio irrisorio, que saltaban del wok como huyendo de las imponentes llamas donde se pasaban vuelta y vuelta, aderezadas con cilantro fresco; solían tomarlas para desayunar.

Aquel mediodía yo, como de costumbre, no llevé nada de casa a  la hora de almorzar.  Simplemente, salí disparada como tantas otras veces al 7 eleven de abajo y compré una tarrina de Oden japonés para llevar.  Se trata de diferentes manjares hervidos, una especie de sabroso cocido pero hecho a base de distintas pastas y tubérculos.  También hay una palabra china para estas exquisiteces, como ocurre cuando los platos foráneos son reapropiados con elementos autóctonos, pero es demasiado larga y difícil, no podría escribirla, aunque me acuerdo vagamente de su tremenda sonoridad.  Al principio, pensaba que cada ingrediente del Oden para llevar era pasta de trigo o soja.  Pero luego supe que algunas bolitas son pasta de pescado, otras mini pelotas de ginko, de cangrejo, otras son hechas a base de tofu con y sin piel.  Luego está el delicioso nabo conocido como daikon y la patata y los pinchos y veggies que también suelen ser de pasta de soja o seitán.  Todo ello, acompañado de un infaltable huevo hervido y alga kombu.

Comencé a comer como otras veces, con entusiasmo, admirando la variedad de platillos sobre la mesa, sus pacientes explicaciones llenas de detalle, sus risas y la rapidez siempre delicada con que utilizaban los palillos.

Yo sorbía el delicioso caldo oscuro del Oden, cuando de repente, sentí las patas de un bicho del tamaño de una cucaracha adolescente.  Negro como una babosa y casi con seguridad, muerto por ahogamiento en ese vicio culinario que ambas compartíamos.

Hay ciertos actos instintivos que nos repelen.  Actos y por supuesto pensamientos, que nos gustaría extirpar de nuestro cerebro y cuerpos, pero que al ser instintivos no se van de un día ni de un año para el otro.  Más bien se aferran a nuestras entrañas como los más fieles parásitos.

Odié el grito que lancé en aquel momento.  Un grito surgido del capricho más hondo y el cascarón.  Más que de la falta de mundo, del desconocimiento del propio.  Pues los insectos no conocen de fronteras, ni de alimentos.

Nuevamente risas.  Risas de mis compañeras. Ahora más intensas.  Y ternura.  Porque la reacción ante la pamplina ajena por más ridícula que sea, es a veces de alto calibre, de la que comprende y no enciende hogueras.


sábado, 13 de junio de 2015

O sono





Odio o sono;
Vamos ao café,
Onde os amigos
Son innumerables.
O que durme
Está como morto.
 Kabila, Arxelia
 Rogelio Martínez Furé: Poesía anónima africana, Africa mítica, Ed. trad. e notas de Xosé Lois García, Noia (A Coruña), Ed. Toxosoutos, colección letra inversa, 2007, p.58.

sábado, 30 de mayo de 2015

El pavor es la ausencia



Aun ingrávida
aniquila
el peso vaporoso
del vacío



 

viernes, 29 de mayo de 2015

Revolución con cosmología



Mirad, tenéis un análisis político, pero no tenéis una cosmología,
no podéis tener una revolución sin cosmología.


                                                                                      Robin Morgan

martes, 26 de mayo de 2015

Quiromántico o el patchwork de la infamia





Aquella muchedumbre donde a diario se mezclaba, era antes que todo abisal.  Había una profundidad crónica en la marea de gente apresurada, nerviosa, infeliz, que la atraía de una manera hipnótica y perversa.  Notaba que tantas personas juntas en situaciones que no han elegido, eran ya otra cosa.  Algo no humano.

En las horas pico, los pequeños delitos urbanos del día a día, brillaban como los ojos de un pez recién pescado.  Llegó a mirar con bochorno para otro sitio cuando, caminando cerca de Moganshan road, se encontró al mismo mendigo anciano de siempre, pero en diferente postura.  Como electrocutado, con las manos en alto y mirando al cielo.  Sin su única prenda hecha con retazos.  Patchwork de un cuerpo incógnito que jamás pedirá un ajuste de cuentas.

Ni el céntimo sobrante de esta idea que transformarán tarde o temprano en marca.

Aquel día, le regalaron un libro en el barrio de las artistas.  En casa de su alumna, a la hora fascinante del té de bienvenida, una flor naranja se abrió tenue, morosamente, mientras teñía el agua con su opulento color. 

 Imaginó que era la flor del rododendro.  

viernes, 22 de mayo de 2015

Rara phrasis


Algunas preguntas-aforismos que me dejan agradablemente patidifusa:

Pienso, luego existo;
pero si robo tiempo al pensamiento,
¿qué entonces?


                                                     Angela Carter-Héroes y villanos

martes, 19 de mayo de 2015

No sangra el corazón, mira adentro



Hay pecados o (llamémoslos como los llama el mundo) malos recuerdos que la persona oculta en los lugares más sombríos del corazón, pero que permanecen allí aguardando.  Quizá permita que su memoria se oscurezca, los deje estar como si nunca hubieran sido y llegue a persuadirse de que no fueron o al menos de que fueron de otro modo.  Sin embargo, una palabra casual los evocará repentinamente y se levantarán a encararse con ella en las circunstancias más variadas, en visión o en sueño, o mientras el cémbalo y el arpa apacigüen sus sentidos o entre la fresca tranquilidad argentina del atardecer o en  la fiesta a medianoche cuando ya esté llena de vino.  No para insultarle vendrá la visión, como a quien está bajo el peso de su ira, no por venganza, para separarle de los vivos, sino amortajada en la triste veste del pasado, silenciosa, remota, llena de reproche.

James Joyce
Ulises

sábado, 16 de mayo de 2015

El quid de la penetración



WITH YOU
INSIDE ME
COMES THE
KNOWLEDGE
OF MY DEATH
 

viernes, 15 de mayo de 2015

Lo normal o la rabia incolora





Aprendí a caminar
pero aún voy a trancas, tropezando con mis zancos
buscando un escondite donde guardar tanta prótesis.

Hay un lugar seguro, dicen, donde las hormigas no se acercan a la carne.
Donde se refugian las que en su día fueron prisioneras flotantes.  Ellas aguardan sin saber
que la reencarnación de la espera ahora tiene el nombre del caracol.

Cuando me enseñaron a comer, escupí el primer diente de leche.  Como balas
que el mismo cuerpo engendra en momentos en que el poder muestra las garras.  Amuletos robados en tanto los miembros todavía son tiernos y se resbalan entre los dedos.
Otra uña amarilla cae en el país que se devora a sí mismo.
Más materia, menos vida ardiente para introducir on-line.

Las canas aparecen antes en zona A.  La piel se gasta con suavidad, y se va cayendo en diminutos trozos torneados.  Rodajas ínfimas se pierden poco a poco en la realidad antibiótica.

Hay un arma recóndita que capta este declive y se llama cámara.

Un juicio resentido brota al ver que escribir fue lo último que aprendí.

La forma de tu boca hiere cuando dices: la diferencia
no es normal





viernes, 8 de mayo de 2015

Profesora a domicilio


Su historia bien podría comenzar así:

Se baja del metro obeso.  Un barrio tradicional de la gran Shanghái, tal y como había imaginado. Extraño, tratándose de LAOWAIS.  Olor a frituras de pulpo picante, griterío, rasgos de provincias muy lejanas, miradas que dicen reconocerla, calor que empapa las grasas.

Examina su refinado sombrero, está bien puesto, pero igualmente, decide ajustar el lazo, justo debajo de la barbilla.  Hoy era un día para faltar. Con este bochorno...y con las pocas ganas que le pone ella.  Que el mandarín es difícil, me dice.  Qué pereza.  Cruza apurada la gran avenida; ella, muñequita de otra época; mientras presiente que ya no hay suela en uno de los minúsculos tacones de sus zapatos rosas de cuero artificial. Ya ha visto dónde comerá luego, casi enfrente del piso de los LAOWAI donde sirven variedad de dumplings caseros y a buen precio.  Apura el paso, un hombre en cuclillas toma sopa hirviente. Noodles frescos hacen piruetas imposibles en el aire. Llega.  Los mismos porteros de siempre descamisados, ríen entre dientes mientras ella se dirige rauda al ascensor sin saludar.

Lo que más le molesta es lo incómodo del surrealista y rotoso asiento que también les sirve de segunda cama.  Como de costumbre él acierta y ella no.  Repite conmigo YIWANYIQIANYTBAILINGYI  ¡Muy bien! No puede ser que tarde tanto en contestar, no puede serrrrr...

Tiene ojos inteligentes y sonrisa amable, pero todo en ella es rosa.  Rosa pálido también son los guantes, con filigrana en la parte de las muñecas.  Su pelo teñido de rubio no está del todo cuidado, aunque es largo y las ondas acentúan la bonita redondez de su rostro.

Hay algo mutuo que provoca electrocircuitos.  Eso se palpa.  Se hubiera tirado en la cama, despojada y su risa chispeante y sensual atravesaría los cielos hasta quedarse muda.  Ella es extremadamente agradable pero turbadora como tofu de color granate cuanto te dicen que en realidad está hecho con sangre.

Y cuando llega el momento en que pierde la paciencia y grita e insulta, la echan.  Entonces se sienten despreciables.  Despreciables estudiantes occidentales que se dan el lujo de despedir a su profesora china.  

Ese mediodía, poco después de empezar la clase, por primera vez, se había sacado cuidadosamente la rebeca, y los moretones azulados de sus blanquísimos brazos se exhibieron rotundos y burlones.  Cuando se fue, cerró la puerta con un BANG humillante. Vergonzosamente triste y humillante.

lunes, 4 de mayo de 2015

A cidade de cristal



          A cidade de cristal!! Todas as casas constitúen un enorme albo para as saraibas.  As galerías, que en Cataluña están situadas na parte posterior das casas, aquí cobren a fachada frontal.  A cidade esténdese coma unha serpe, franqueada dobremente polo mar.  É una sorte de lingua de terra que penetra no mar.  Por unha banda, o porto; pola outra, as ondas bruantes do Orzán.
 
                                                                          Federica Montseny

jueves, 30 de abril de 2015

Herida voy

Herida voy de un temporal concierto
entre mis gritos y las hojas secas.
Una fiesta inhumana, siempreviva,
acrecienta el declive y el otoño.
Pero yo sé.  Y me estoy despavorida.
Una ardiente techumbre, un cielo rojo,
sangra de arriba y sangran las heridas:
que me estoy dada vuelta y no sé dónde
tengo la carne y dónde las estrellas.
Pero yo sé, aunque de asombro y miedo,
aunque herida de muerte, y ya me alcanza.

                                                 Amanda Berenguer

lunes, 27 de abril de 2015

Animal blood, the first paint


The first subject matter for painting was animal.  Probably the first paint was animal blood.

Prior to that, it is not unreasonable to suppose that the first metaphor was animal.

                                                                                     Berger

martes, 21 de abril de 2015

El niño ciego




Hace un tiempo leí este relato de Dame Blanche y si me estremeció de pelo a dedo, fue porque además de la terrible potencia y fluidez del mismo; es un  hecho que faltan historias que incluyan seres no videntes desde una postura no vertical, que no deja de mirarlas/os con una tiernísima condescendencia.  "El niño ciego" descuartiza por completo ese gran error.

Al igual que con Dame Blanche, (de quien no sabemos casi nada más allá de su maravilloso blog
la dame au chien, bien nutrido de capítulos de vidas imaginadas/reales), en su hipnótico relato, casi como en "el señor de las moscas"; lo que menos importa es la ceguera de la criatura. Hay un anonimato urgente de fondo que pule el brillo con meticulosidad.  Lo crucial es que consigue llevarnos, como buen líder de almas endiosadas por pequeñeces; nos arrastra.  Todo un mérito cuando se nos obliga finalmente a enfrentarnos al hundimiento poético de una sociedad incapaz de avanzar, a nuestra propia e inamovible decrepitud.  Lean, lean...



"El niño ciego morirá por exceso de fantasía. Eso dicen todos en la pequeña aldea. Lejos de tener miedo, como otros niños, a los peligros de la naturaleza y de los hombres, el niño ciego los desafía. El desconocimiento no le cohíbe, sino que más bien le hace tomar vericuetos diferentes a los de otros niños. No sabe con precisión cuáles son los riesgos reales y cómo pueden hacerle daño, por más que sus padres le prevengan. Pero eso no parece preocuparle. Cuando se le advierte respecto a los cuidados que debe tener siempre responde: ¿es que los niños que no son ciegos ven mejor que yo? Recuerda entonces algunos ejemplos de accidentes o deslices que les han sucedido a otros a los que el mundo les entra por la vista con el mayor de sus lujos. El niño ciego se arriesga, pero en cada paso aprende a conducirse y se confirma en su valor. Por los olores distingue qué terreno de la campiña bordea. Por el grado de humedad capta si se halla próximo al torrente, e incluso si éste viene crecido. Por el rumor del tráfico distingue, como los perros, si viene algún vehículo por la carretera. Donde lo tiene más difícil es con las personas que pueden salir a su paso. No por la altura, el porte o el ímpetu del otro individuo es por lo que siente cierta inseguridad. Es por las palabras. Teme que tras unas palabras cariñosas se oculte un desprecio, que tras la aparente comprensión solo haya lástima, que más allá de la ayuda que algunos le ofrecen le espere una celada. Para combatir ese miedo, el niño ciego toma la iniciativa y apenas deja hablar a los que se le plantan delante. Donde el niño ciego manda más es en el juego. La tarde está soleada y ha reunido a los demás niños del lugar. Les propone guiarles a ciegas por el campo. Todos tienes que ir sujetos en fila india, con la mano puesta sobre el hombro del anterior, sin abrir los ojos. Les dice que quien abra los ojos quedará descalificado y deberá apartarse. El desafío del juego es tan verosímil que los niños, presas de una agitación inusual, prometen cumplir a rajatabla. Suben a duras penas por los terraplenes, se tropiezan unos con otros al descender por las laderas, chapotean por las partes del arroyo en que no cubre, se deshacen en ayes al pasar entre los matorrales de ortigas. Cuando llegan, sofocados y excitados por la aventura, al campo de tiro, el niño ciego les hace atravesar la alambrada y sentir lo puntiagudo del acero. Los niños flaquean y alguno se queja reprimiendo cualquier manifestación de cobardía que le deje en entredicho ante sus compañeros. Luego se deslizan por los pasillos de las trincheras y bajan hasta una fría casamata. Ninguno se ha soltado del otro hasta ese momento. Entonces el niño les dice que percibe que el enemigo anda cerca y que no van a poder moverse de allí. Que suelten las manos si quieren pero que no abran los ojos. La noche ha caído. Por el campo corren de aquí para allá luces de linternas y se oyen alarmados gritos. El niño ciego alienta a sus huestes. Nada de rendirse, les dice".

Dame Blanche 

viernes, 17 de abril de 2015

Las carnes también lloran



No busques más

lo terrible está ahí, tan cerca de ti.
El filete brillante, palpitando crudo sobre la loza helada.

Exudando sus aguas, lentamente.

sábado, 11 de abril de 2015

Contra (dicción)

Dublín   2015




Rompamos el ruido
gritó la niña muda
de orejas coliflor

domingo, 15 de marzo de 2015

Lo inmediato



Pensando en la maravillosa plasticidad del lenguaje, en sus múltiples formas, en las diferentes rutas que llevan a la misma estepa...

Si a eso se añade, encontrar textos (entre los pliegues de la red) que hablen sobre aquellas cosas que la inquietan a una, pues no queda otra que expandirlos.  Prisas, emociones que se pierden en el instante en que son disfrutadas, vómitos de los infinitos estímulos, sensación de pérdida(s) y apremio de volver a comenzar, amores que al irse y al venir, se transforman...y nos esforzamos por nombrar lo que en su novedad, se desconoce.  Agobios complejos y más sensaciones, aquí, en este otro texto, que en cierto modo continúa el hilo de mi anterior post sobre el poder de la moneda allá-donde-vayas: Putuo.

Esta vez, de la mano del cantante Andrés Mariani. El lenguaje cuando se vuelve algo mucho más interno, angustioso, directo, menos fraguado con la lengua, el arte, las grafías.  Llano, como en el proceso veloz que lleva al grito.  Y entre las letras, como tiradas desde una ventana muy alta, "algo", un extraño viento todavía las despierta.  Sí, la ironía continúa despertando.

Lo inmediato


Vivimos en el mundo de lo inmediato, lo rápido, lo fugaz, lo urgente. Todo corre cerca pero lo quiero dentro, quiero todo aquello que tú tienes y aquello otro que nunca podré tener.

Quiero experimentarlo todo.

La vida es muy corta y quiero tener varias vidas en una misma.

Quiero amarte para luego dejarte, para luego repartir mi amor por el mundo, para subirme a un coche y luego a una moto, para hacer un viaje en trineo y luego en globo. Quiero ver amaneceres y atardeceres de aquí, de allí y de más allá.

Soy un inconformista y una inconformista. Somos rebeldes.

Tú serás budista y yo también. Adoraremos la libertad sexual, hasta que sea autodestructiva, hasta que me quieras mucho y yo no te quiera nada. Extenderemos nuestros vértices por donde podamos, intentaremos crear una imagen bien definida, un nuevo modelo mundial que se ejecute y se desarrolle como una gran ideología.

Volaremos, viajaremos y descubriremos cientos de miles de diferentes lugares en el planeta. Aprovecharemos nuestra posición social para masturbarnos en la cara de algún lugareño, y amontonaremos piedras preciosas con historias inventadas de un mundo mejor.

Abonaremos una nueva conciencia emocional basada en el respeto mutuo, siempre y cuando ello no conlleve a una resta de nuestro patrimonio ni nuestra libertad.

Visitaremos las casas pobres de la India, los recovecos húmedos de la orilla del Mekong, las montañas verdes del Potosí boliviano… nos haremos fotos alternativas y luciremos nuestra más honrada pose, nuestro más sincero amor, ese amor que sólo encontramos en la imagen y en lo inmediato de la propia existencia.

No hay tiempo para caminar por las montañas sin una cámara de fotos, hay que decirle al mundo que estamos aquí, en cualquier lugar y que estamos presentes siempre.

No hay tiempo para crear una relación establecida, hay demasiada gente a la que quieres conocer, por eso, todo se vuelve aburrido y nada llega a tener una real consistencia.

Las temporadas van pasando y los años también. Preséntate ante la libertad y cuéntale tus vuelos, tus viajes y tus encuentros. Exprésalo con sencillez, con aquella que te gusta escuchar pero que no llegas a entender.

Cómprate una nueva vida cuando ya estés harto de la otra, y si estás harta también lo puedes hacer. Si has llegado a cierta edad, te tocará cambiar. La inmediatez se te dará de otra manera, para que puedas ser pionero o pionera, para que puedas experimentar con los sentimientos de otras personas, para que las puedas moldear con tus decisiones.

Andrés Mariani

lunes, 9 de marzo de 2015

Putuo

Una de las montañas de peregrinación en China.  Una de las cuatro montañas sagradas.

El brillo de la Religión no solo allí, es el mismo que irradia esa cosa redonda que tiras luego de preguntar ¿cara o cruz? Y lo sabes desde el primer momento, lo sabían ella y él cuando se dejaron llevar por el misticismo, una vez más. Esa obligación que no debería serlo, esa obligación que impone la camiseta. I love...(pongamos ¿New York?).

El turismo es costilla de oro en Putuo.  Los monjes budistas son dueños de la isla en Putuo.  Intentando discernir el cielo, del smog y el mar, ella dice llorosa: "Merece la pena haber venido, pese a todo".
"Es la misma lluvia en chispas de Galicia, hace cosquillas ¿verdad?".
"Sí, a eso me refiero, que esta naturaleza, aunque (como) sobrante, justifica el resto".

Y subieron entonces fatigosamente la escalinata que lleva al templo.  En el camino vieron amuletos escondidos, gente que saca fotos a gente que saca fotos, la felicidad que gusta de subir a la cúspide en diferentes formas y sustancias.  Y aquella mujer exasperada que venía de tan lejos y había hecho una promesa.  Sus pies.  Sus tantas costras.  Mirada que guardo en "mis contactos".  En la cima, el gag (literal): la máquina de contar billetes. Detrás, una seriedad naranja.

Como si esto ocurriera solo en China (repetimosmentalmentemonologando).  Como si el Vaticano comiera raíces.  Que en China se comen, por cierto.  Inaudito-gran primer sabor.

"Por eso, hay que explotar este otro lado que comentas".  Responde él.
"¿Explotar?".
"Tú me entiendes".

De ahí las tantas playas que rodean la isla.  Como protegiéndola de algo todavía más duro que el brillo de la cosa esa que irradia.

Y la arena que cubre y te trae veloz a la boca el viento.

Y tragas, porque es manjar. Sin rechistar, con gusto te la tragas.

 Las personas de un país que buscan, desarman, inventan.  Buscan, luego de perder, buscan.  Aquel chiringuito, (sus ventanas). Y ya en el mar, lo imperdible: la silla, bien adentro y ocupada.  La charla (envidia de una charla desprendida y observada, que yo nunca comprendería por una cuestión no solo de idioma).   La salvación que les cuento estaba ahí. En la silla, hablando, y  al amparo de leves olas.  De las que rompen pequeñitas, para ser admiradas de cerca; en la orilla.

Lástima no ser fotógrafa para captar lo que mi foto (que de hecho tengo) no pudo capturar.  El instante que al verme, huyó.  Temiendo el nombre.  La cara o la cruz.


Escrito bajo influencia de mi alumna/maestra: Iria Otero.