viernes, 27 de octubre de 2023

Un trocito de Capítulo piloto de una sitcom con posibilidades

Ana Castro

 Dolores y Pilar. Cenicero en medio de la mesa, en un cuarto de limpieza en uno de los institutos más grandes de Galicia. La boca mal pintada de Pilar no se callaba un segundo y se le sumaba su mano suelta que no paraba de tocar a quien la escuchaba. Además solo sabía hablar gritando. Dolores era un poco más joven, buena oyente, alguna sonrisilla entre calada y calada mientras escuchaba. Le gustaba escuchar. La entretenía y era gratis.

El cenicero siempre bastante lleno ya a las ocho de la mañana y eso que entraban a las seis. El suelo estaba lleno de productos de limpieza de colores chillones que insinuaban que no te los bebieses. Había productos para todo. Algunos muy específicos, que servían, por ejemplo, para limpiar puertas barnizadas por algún barniz muy concreto para una madera también concreta. No sé si los usaban correctamente, sé que muchas veces los mezclaban para sumar sus características y poder limpiar un poquito de todo. Hacían bien.