sábado, 30 de mayo de 2015

El pavor es la ausencia



Aun ingrávida
aniquila
el peso vaporoso
del vacío



 

viernes, 29 de mayo de 2015

Revolución con cosmología



Mirad, tenéis un análisis político, pero no tenéis una cosmología,
no podéis tener una revolución sin cosmología.


                                                                                      Robin Morgan

martes, 26 de mayo de 2015

Quiromántico o el patchwork de la infamia





Aquella muchedumbre donde a diario se mezclaba, era antes que todo abisal.  Había una profundidad crónica en la marea de gente apresurada, nerviosa, infeliz, que la atraía de una manera hipnótica y perversa.  Notaba que tantas personas juntas en situaciones que no han elegido, eran ya otra cosa.  Algo no humano.

En las horas pico, los pequeños delitos urbanos del día a día, brillaban como los ojos de un pez recién pescado.  Llegó a mirar con bochorno para otro sitio cuando, caminando cerca de Moganshan road, se encontró al mismo mendigo anciano de siempre, pero en diferente postura.  Como electrocutado, con las manos en alto y mirando al cielo.  Sin su única prenda hecha con retazos.  Patchwork de un cuerpo incógnito que jamás pedirá un ajuste de cuentas.

Ni el céntimo sobrante de esta idea que transformarán tarde o temprano en marca.

Aquel día, le regalaron un libro en el barrio de las artistas.  En casa de su alumna, a la hora fascinante del té de bienvenida, una flor naranja se abrió tenue, morosamente, mientras teñía el agua con su opulento color. 

 Imaginó que era la flor del rododendro.  

viernes, 22 de mayo de 2015

Rara phrasis


Algunas preguntas-aforismos que me dejan agradablemente patidifusa:

Pienso, luego existo;
pero si robo tiempo al pensamiento,
¿qué entonces?


                                                     Angela Carter-Héroes y villanos

martes, 19 de mayo de 2015

No sangra el corazón, mira adentro



Hay pecados o (llamémoslos como los llama el mundo) malos recuerdos que la persona oculta en los lugares más sombríos del corazón, pero que permanecen allí aguardando.  Quizá permita que su memoria se oscurezca, los deje estar como si nunca hubieran sido y llegue a persuadirse de que no fueron o al menos de que fueron de otro modo.  Sin embargo, una palabra casual los evocará repentinamente y se levantarán a encararse con ella en las circunstancias más variadas, en visión o en sueño, o mientras el cémbalo y el arpa apacigüen sus sentidos o entre la fresca tranquilidad argentina del atardecer o en  la fiesta a medianoche cuando ya esté llena de vino.  No para insultarle vendrá la visión, como a quien está bajo el peso de su ira, no por venganza, para separarle de los vivos, sino amortajada en la triste veste del pasado, silenciosa, remota, llena de reproche.

James Joyce
Ulises

sábado, 16 de mayo de 2015

El quid de la penetración



WITH YOU
INSIDE ME
COMES THE
KNOWLEDGE
OF MY DEATH
 

viernes, 15 de mayo de 2015

Lo normal o la rabia incolora





Aprendí a caminar
pero aún voy a trancas, tropezando con mis zancos
buscando un escondite donde guardar tanta prótesis.

Hay un lugar seguro, dicen, donde las hormigas no se acercan a la carne.
Donde se refugian las que en su día fueron prisioneras flotantes.  Ellas aguardan sin saber
que la reencarnación de la espera ahora tiene el nombre del caracol.

Cuando me enseñaron a comer, escupí el primer diente de leche.  Como balas
que el mismo cuerpo engendra en momentos en que el poder muestra las garras.  Amuletos robados en tanto los miembros todavía son tiernos y se resbalan entre los dedos.
Otra uña amarilla cae en el país que se devora a sí mismo.
Más materia, menos vida ardiente para introducir on-line.

Las canas aparecen antes en zona A.  La piel se gasta con suavidad, y se va cayendo en diminutos trozos torneados.  Rodajas ínfimas se pierden poco a poco en la realidad antibiótica.

Hay un arma recóndita que capta este declive y se llama cámara.

Un juicio resentido brota al ver que escribir fue lo último que aprendí.

La forma de tu boca hiere cuando dices: la diferencia
no es normal





viernes, 8 de mayo de 2015

Profesora a domicilio


Su historia bien podría comenzar así:

Se baja del metro obeso.  Un barrio tradicional de la gran Shanghái, tal y como había imaginado. Extraño, tratándose de LAOWAIS.  Olor a frituras de pulpo picante, griterío, rasgos de provincias muy lejanas, miradas que dicen reconocerla, calor que empapa las grasas.

Examina su refinado sombrero, está bien puesto, pero igualmente, decide ajustar el lazo, justo debajo de la barbilla.  Hoy era un día para faltar. Con este bochorno...y con las pocas ganas que le pone ella.  Que el mandarín es difícil, me dice.  Qué pereza.  Cruza apurada la gran avenida; ella, muñequita de otra época; mientras presiente que ya no hay suela en uno de los minúsculos tacones de sus zapatos rosas de cuero artificial. Ya ha visto dónde comerá luego, casi enfrente del piso de los LAOWAI donde sirven variedad de dumplings caseros y a buen precio.  Apura el paso, un hombre en cuclillas toma sopa hirviente. Noodles frescos hacen piruetas imposibles en el aire. Llega.  Los mismos porteros de siempre descamisados, ríen entre dientes mientras ella se dirige rauda al ascensor sin saludar.

Lo que más le molesta es lo incómodo del surrealista y rotoso asiento que también les sirve de segunda cama.  Como de costumbre él acierta y ella no.  Repite conmigo YIWANYIQIANYTBAILINGYI  ¡Muy bien! No puede ser que tarde tanto en contestar, no puede serrrrr...

Tiene ojos inteligentes y sonrisa amable, pero todo en ella es rosa.  Rosa pálido también son los guantes, con filigrana en la parte de las muñecas.  Su pelo teñido de rubio no está del todo cuidado, aunque es largo y las ondas acentúan la bonita redondez de su rostro.

Hay algo mutuo que provoca electrocircuitos.  Eso se palpa.  Se hubiera tirado en la cama, despojada y su risa chispeante y sensual atravesaría los cielos hasta quedarse muda.  Ella es extremadamente agradable pero turbadora como tofu de color granate cuanto te dicen que en realidad está hecho con sangre.

Y cuando llega el momento en que pierde la paciencia y grita e insulta, la echan.  Entonces se sienten despreciables.  Despreciables estudiantes occidentales que se dan el lujo de despedir a su profesora china.  

Ese mediodía, poco después de empezar la clase, por primera vez, se había sacado cuidadosamente la rebeca, y los moretones azulados de sus blanquísimos brazos se exhibieron rotundos y burlones.  Cuando se fue, cerró la puerta con un BANG humillante. Vergonzosamente triste y humillante.

lunes, 4 de mayo de 2015

A cidade de cristal



          A cidade de cristal!! Todas as casas constitúen un enorme albo para as saraibas.  As galerías, que en Cataluña están situadas na parte posterior das casas, aquí cobren a fachada frontal.  A cidade esténdese coma unha serpe, franqueada dobremente polo mar.  É una sorte de lingua de terra que penetra no mar.  Por unha banda, o porto; pola outra, as ondas bruantes do Orzán.
 
                                                                          Federica Montseny