viernes, 24 de junio de 2016

Privilege



En mayo del 2014, decidimos formar una Antología poética con 14 participantes.  Cada poeta, representaría un lema.  Pero no un lema cualquiera.  La idea era introducir en una palabra, aquellas realidades actuales que están envueltas en sangre, el silencio más doloroso y las muchas capas intermedias.  Y por ello animal, y trans, y alter.  Entre muchas otras palabras que generan diversos y muy radicales estados climáticos.  Donde suelen ser los cuerpos, los que operan como carnada para una mayoría dominante, que no soporta la diferencia y que por ello siempre estará famélica de matanzas.

Ya, a un paso de finalizar, y de haber realizado la mayoría de las traducciones, pese a que no hay contrato firmado con ninguna editorial todavía; estos poemas piden a gritos viajar por las infinitas vías de la red.  Porque supuran.  Y algo nos dice que su cicatrizar se basa precisamente en ello, en el movimiento.  Al menos movilicemos unos cuantos antes de su estrenarse en el papel.

Me gustaría comenzar con la primera poeta que descubrí en una conocida red social que comienza por F.  Ella es Christina Dhanaraj. 

Recuerdo que cuando traduje su primer poema de los cinco con los cuales participa en nuestra Antología que lleva por título 69 poemas de Mayday, tuve la sensación de haber encontrado una pieza clave.  Una pieza clave dentro de un tipo de racismo asociado al exotismo que hemos fabricado en Occidente.  La pieza clave era su voz, la voz de esta grandísima poeta de la India.  Sin intermediarios, incluso sin interpretaciones, exceptuando las que impone el ejercicio siempre imperfecto de la misma traducción.

Y como suele suceder, caí en una especie de admiración obsesiva, que llevó a que su magnífico poema: Privilegio, ocupara también un lugar primordial en esta tesis de doctorado que tantos dolores de cabeza está dando a una Academia acérrima, que se niega a cambiar.  Pero que aun sin darse cuenta, ya lo está haciendo...

Disfruten ahora Privilege de Christina Thomas Dhanaraj en su inglés y en mi español:



 

Privilege

There is no beauty in this ugliness; no, none at all.


There is no beauty in standing next to you, shoulder to shoulder, and see someone else holding your hand.


It is not cathartic to tell a story of brokenness, of vulnerability, to an audience white with privilege.


It is not romanticized history that I carry on my back, I show through my scars, and I sing about in my songs.

I’m not exotic.

I’m not beautiful; especially not because of my pain.

There’s no beauty in waiting, wanting, and losing.

And there’s no joy in chasing.

There’s absolutely no romance in breaking within or breaking up.

There’s no magnificence in shame.

So don’t come to me because you think I’m exotic; don’t come to me because you think my pain is my beauty.

My vulnerability is not my seduction; and it will never be your triumph.

Your eyes, they have to stop seeing me the way they do; with pity and helplessness.

My ancestors who broke their back and sacrificed their lives, who spoke of you with utter disgust, didn’t die in vain.

They warned me of you, and I’m warning you now; stay away and don’t come near.

Don’t talk to me like you know me; don’t fucking specimenize me.

I owe you no conversation, I owe you no friendship.

I will deprive you of the space you stole from my people; I will not adjust to let you speak.

But most importantly, mind you, I will fuck your privilege, and I will fuck it good.
Privilegio
No hay belleza en esta fealdad; no, para nada.
No hay belleza en permanecer al lado tuyo, hombro con hombro, y ver a otra persona sosteniendo tu mano.
No es catártico contar una historia de rotura, de vulnerabilidad, a una audiencia blanca con privilegio.
No es historia romantizada la que llevo a mi espalda, la que muestro en mis cicatrices y sobre la que canto en mis canciones.
Yo no soy exótica.
Yo no soy hermosa; no especialmente debido a mi dolor.
No hay belleza en esperar, querer y perder.
Y no hay alegría en perseguir.
No hay romance en absoluto en romperse por dentro o quebrarse.
No hay magnificencia en la vergüenza.
Así que no vengas a mí porque pienses que soy exótica; no vengas a mí porque pienses que mi dolor es mi belleza.
Mi vulnerabilidad no es mi seducción; y nunca será tu triunfo.
Tus ojos, tienen que dejar de mirarme de esa manera; con piedad e impotencia.
Mis ancestras, que se reventaron la espalda y sacrificaron sus vidas, que hablaban de ti con total disgusto, no murieron en vano.
Me advirtieron de ti, y yo te advierto a ti ahora; aléjate y no te acerques.
No me hables como si me conocieras;  no me especimenices joder.
No te debo ninguna conversación, no te debo ninguna amistad.
Te privaré del espacio que le robaste a mi gente; no voy a ajustarme a dejarte hablar.
Pero lo más importante, cuídate, joderé tu privilegio, y lo joderé bien.

 

sábado, 11 de junio de 2016

Reflexiones vendadas


Para la pequeña viuda, dos bocas más que alimentar no era un problema.
Aunque no fueran sus hijas, aunque muchos días no había cenas en su casa.
Le preocupaban más otras cosas.
Como esa obligación de recordar con un color eterno y rotundo
negro como la misma vida
a un marido ahora muerto, su primer y único violador.