jueves, 30 de junio de 2022

Casi con certeza, una recomendación


Por primera vez desde que mantengo este blog, presento un libro (en este caso la portada) de un libro que todavía no leí, pero que desearía mucho leer. Que esta entrada funcione como la anotación visual en una agenda de la muy próxima lectura. Ya solo sea por el prólogo, 

¡qué grata sorpresa ver que es de Patti!

miércoles, 22 de junio de 2022

Discordancia

Monte Emei 

 


El budismo me fascina 

y me aterra a un tiempo.

Anhela EL sacrificio,


Despojar a la mente

de pensamiento.

lunes, 13 de junio de 2022

Habitación 205


 

                                                      Y no se llamará La Puerta Condenada

                                                                                   pero casi.

                                                       Y no será Cortázar quien lo escriba,

                                                   aunque en este último viaje a mi Montevideo,

                                                       pude cumplir otro de mis muchos

                                                     gigantes deseos: dormir donde

                                                                       el argentino la escribió.

                               

martes, 7 de junio de 2022

La duda y el dulce


 

Por aquel entonces, se alojó en nuestro hogar por algún tiempo,

un peregrino. Y cuando digo peregrino, me refiero

al significado puro de la palabra, con su total pureza. Era de Salamanca, y recuerdo

la admiración que me provocaba su túnica gastada,

de arpillera o similar, diría.

El hecho de no tener posesiones, y de ser un caminante,

con aquella fe ardiente que llevaba consigo como una segunda piel, (o más bien un cuero), con el único propósito de llegar a Compostela, para mí, ya lo convertía en un héroe

de Joyas Literarias Juveniles. Se levantaba al alba, al rebuzno de un burro vecino. Una de esas mañanas me preguntó lo siguiente:

-Rosanna, ¿sabes cuál es el secreto de la vida?

Yo no pude responder, estaba demasiado nerviosa intentando que aquel ser semi divino, no se diera cuenta. Y si abría la boca, aunque solo fuera para pronunciar un monosílabo, notaría con toda seguridad el temblor de mi voz.

-Pues te lo voy a decir: La vida es una cinta de galletas, de golosinas, de las exquisiteces más increíbles que puedas imaginar. Pero cada tanto, muy cada tanto, aparecerá alguna que está pocha aunque no lo parezca, y esa será la que no debas elegir.

Entonces: magia diosa, sí logré preguntarle algo, sumamente obvio, y me quedé como siempre, con lo crucial adentro, con una duda clavada en una puertita de mi cerebro, y que solo ahora, al escribir esto, he logrado abrir: ¿Qué pasaría si mordemos la pocha y a continuación la devolvemos a la cinta?


viernes, 3 de junio de 2022

Dos gatos

Amira M. Deli

 

Mi hermano, no pasaba los tres años cuando torturaba a nuestro primer gato hasta lo indecible.

Luego, cuando yo seguía sin nacer, mi familia tuvo un segundo gato en nuestro piso de un Polígono

de Montornés del Vallés, y Flavio le cogía de la cola y lo zarandeaba en el aire a su gusto. Pero había algo en él, algo que conservó durante toda su vida, y que se movía en paralelo a la violencia con la que vino al mundo. Era un tipo único de ternura absoluta, de total desamparo.

Tanto los dos gatos como yo, comprendimos hasta el fin esta oscuridad.